Lima expresa bien la tragedia moral que vive el Perú, y no porque haya elegido virtualmente a un político de extrema derecha como alcalde de la ciudad (ya que esto es parte del natural juego democrático), sino porque ha escogido al más truculento de la fauna política de los últimos tiempos que nos ha tocado vivir.
El actual presidente del Congreso continuará el derrotero golpista impuesto por Keiko Fujimori desde el año 2016 y continuada por María del Carmen Alva y Lady Camones.
La responsabilidad es de todos los congresistas que se dedicaron a conspirar contra la voluntad popular desde el primer día de su instalación.
El Ejecutivo, pese a la performance de Aníbal Torres en el Hemiciclo, pasa por los momentos más difíciles en que va del año ante el incontenible avance de las investigaciones de la Fiscalía.
Palacio, Congreso y Fiscalía: una excrecencia morbosa de la dignidad nacional”
La degradación moral va por la presunta incapacidad moral.
Con la pandemia hemos visto partir a más de 200 mil compatriotas, casi el triple de lo perdido en vidas humanas en la sumatoria de la Guerra del Pacífico (12 mil muertos) y el conflicto armado interno (70 mil).
"Os habéis sentado aquí demasiado tiempo para el bien que hacéis. En el nombre de Dios, marchaos".
La alianza de Perú Libre y el fujimorismo pone a Castillo en punto de vacancia golpista.
La Comisión de Jorge Montoya se formó para encontrar “el fraude” de las últimas elecciones presidenciales y no ha encontrado absolutamente nada.
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