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Miki Núñez deja a España en el puesto 22 de Eurovisión

Holanda ganó el concurso con Duncan Laurence.

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Los pronósticos se cumplieron una vez más en Eurovisión.

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La intimista balada Arcade, interpretada por Duncan Laurence con una sobria puesta en escena, le dio la victoria a Holanda. Era la favorita de las casas de apuestas, con un 45% de probabilidades.

Sincronizada como un mecanismo de relojería, la gala celebrada en el recinto ferial de Tel Aviv concluyó con Miki Nuñez (Terrasa, España; 1996) entonando la pachanguera La venda como si fuera la última actuación de su vida. España quedó en la posición 22 de 26, un punto mejor situada que el año pasado.

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Todo el mundo bailaba en Tel Aviv, pero ningún jurado le dio su voto a España excepto Rusia y Bielorrusia, y la canción que defendió Miki Núñez quedó la relegada a los últimos lugares con sólo siete votos. Tras la cantinela de veredictos de los jurados nacionales, los 26 concursantes tuvieron que sufrir el suspenso hasta los concluyentes resultados del voto popular emitido en orden inverso. España, comenzó el recuento con apenas 53 votos del público y quedó en quinto lugar si se empieza por el último.

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La ganadora fue Holanda, una de las favoritas, e Italia quedó segunda. Otros rivales la desafiaron en las predicciones, sobre todo Zero Gravity de Australia, la preferida de los eurofans en Tel Aviv, representada como la fantasía de un hada de Disney por Kate Miller-Heidke.

Pero fue la italiana Soldi la que pisó finalmente los talones con la voz de Alessandro Mahmood, un artista de padre egipcio, seleccionado a pesar del disgusto del ministro del Interior de su país, el populista Matteo Salvini.

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Holanda, que no ganaba el concurso desde 1975, acumula su quinto triunfo en el certamen.

Tel Aviv fue una fiesta cosmopolita. El pretexto musical llevó hasta la ribera más oriental del Mediterráneo a un millar de periodistas y cerca de 10.000 eurofans; precisamente por la celebración de los valores de diversidad e inclusión que ondean en el estandarte eurovisivo.

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Sobre el escenario, la presentadora Bar Refaeli ofreció la imagen más seductora de Israel, aunque buena parte del peso recayó sobre el veterano Erez Tal, que ha conducido durante diez temporadas la versión local de Gran Hermano.

Madonna ha sido, a los 60 años, la cereza del festival. Acompañada en escena por un grupo de 40 coristas, 25 bailarines, y a cambio de una jugosa suma de 900.000 euros, cantó en el receso del festival la legendaria Like a Prayer, que se estrenó hace tres décadas, y su nuevo tema, Future.

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Este ha sido el tercer festival de Eurovisión que acoge Israel -los anteriores se celebraron en 1979 y 1999, ambos en Jerusalén- a pesar de que ha ganado el concurso en cuatro ocasiones. Hace 40 años revalidó su triunfo en Tierra Santa con Halleluja!, pero el elevado costo de hacer frente a dos ediciones consecutivas la llevaron a renunciar a favor de Holanda. Este año ha presentado a un emocionado Kobi Marimar con la melódica Home.

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