Este domingo se lleva a cabo en Brasil la segunda vuelta por la presidencia del gigante sudamericano. Las encuestas y la opinión de la calle, dicen que es posible que gane el candidato fascista Jair Bolsonaro.
Bolsonaro ha desplegado en la campaña electoral los peores ingredientes del fascismo, odio a los sindicatos, a los comunistas, a los negros, a los gitanos y a los homosexuales. Promete a los saqueadores de la selva no imponerles multas. Desdeña a las mujeres. Ha aprovechado el descontento de los ciudadanos brasileños porque la izquierda se incluyó en la corrupción y por la inseguridad creciente auspiciada por un gobierno endeble que luego ha sido derrocado por un sector de la derecha.
Unas declaraciones radiales formuladas a fines de 1988, por Luis Carlos Prestes, ese genio político y militar de Brasil, quien le reprocha a Lula en ese texto, el no haber inculcado la doctrina del marxismo en los obreros y a los que había favorecido, en el gobierno con una política populista que era necesaria frente a la miseria del pueblo brasilero.
En las declaraciones de Prestes, incluidas ahora en el libro de Cristina Noble, Luis Carlos Prestes. El caballero de la revolución, se lee:
"Lula es un obrero de talento. Pero en Brasil nadie nace comunista, nadie nace marxista. Él necesitaría estudiar. Yo soy padre y sé cómo se educa a un niño- Los preceptos pueden ser muy buenos, pero entran por un oído y salen por el otro. El niño aprende lo que se ve en la familia. Y en la familia obrera lo que hoy predomina es la lucha por la competencia capitalista. Ganarles a los otros y subir solito. Es el egoísmo burgués, la ideología de la clase dominante. Todo brasilero nace bajo la influencia de esa ideología"
"Para ser un dirigente obrero, él necesitaría estudiar marxismo, que es la ciencia del proletariado. Y él mismo confiesa en la televisión que no lee. Que agarra un libro y lee hasta la página 17. Todas las críticas que le hago a Lula él las considera críticas destructivas, Pero no es así. Es una crítica destinada a estimularlo a estudiar la ciencia del proletariado."
"El conoce los intereses económicos inmediatos de los trabajadores, pero no basta con eso. Vivimos en un régimen capitalista. Un dirigente obrero necesita conocer la ciencia del proletariado, de lo contrario es un ciego dentro de esta sociedad. Ese es el mal de Lula. Él no avanzó en ese terreno en el cambio de ideología. Es una lástima. Y lo peor es que él piensa que ya es marxista, lo que dificulta todavía más su estudio".
"El PT está muy lejos de ser un partido marxista revolucionario. En cuanto a los otros dos, el Partido Comunista Brasilero y el Partido Comunista de Brasil no tienen más nada de comunistas. Yo me fui de allí en 1979".
Asombra la lucidez y el acierto de Prestes que cuando era capitán del Ejército de Brasil y no era aún marxista recorrió de Norte a Sur y de Este a Oeste luchando contra la fuerza represiva sin ser jamás derrotado. En esa época el joven Jorge Amado lo bautizó con el título de Caballero de la esperanza.