El Juzgado de Investigación Preparatoria de la Corte Suprema ha anulado el indulto otorgado por Pedro Pablo Kuczynski a Alberto Fujimori y ha ordenado que se le devuelva a la cárcel. Esta resolución favorable a las víctimas de crímenes como los de Barrios Altos y La Cantuta, esta resolución, resolución de justicia, ha arrancado lágrimas a Keiko Fujimori.
"Hay odio, hay ensañamiento", ha gemido la señora Keiko. ¿Y qué fue la matanza de Barrios Altos (15 muertos, entre ellos un niño de ocho años, Manuel Ríos Rojas), un acto de cariño y de amor?
Lo peor es que los asesinados del jirón Huanta no eran senderistas, eran vendedores ambulantes que realizaban una pollada, para pagar una reparación a su servicio de agua. Los senderistas también realizaban una fiesta en ese solar, pero en el segundo piso.
El Poder Judicial explicó:
"Este crimen fue ejecutado por miembros del Destacamento ‘Colina’, el que fue comandado en el escenario del crimen por su jefe operativo, el mayor del EP Santiago Martin Rivas, luego de llevar un plan cuidadosamente diseñado para liquidar a personas supuestamente vinculadas con acciones subversivas."
El destacamento Colina fue organizado por Alberto Fujimori y su asesor Vladimiro Montesinos, y obedecía órdenes de ambos.
¿Fue la masacre de estudiantes de La Cantuta una demostración de ternura? He aquí lo que se dice sobre ese asesinato en el grueso volumen publicado por el Poder Judicial en 2001 sobre el Caso Fujimori:
"Luego de la intervención, procedieron a llevarse a los intervenidos en las camionetas pick up antes mencionadas, y cuando se encontraban por el kilómetro quince de la autopista Ramiro Prialé, detuvieron los autos y bajaron a los detenidos, dándoles muerte en el acto, procediendo posteriormente a enterrar e incinerar los cuerpos en dicho lugar; sin embargo, posteriormente, cuando otro grupo verificó la forma en que se había intentado desaparecer, se procedió a retirar algunos cadáveres, trasladándolos con destino a un lugar, denominado Quebrada de Chavilca en el distrito de Cieneguilla, donde finalmente fueron dejados sus restos, los cuales, gracias a la investigación de la prensa, fueron encontrados e identificados.
"Sentencia de la jurisdicción militar: "La sentencia de la Sala de Guerra del Consejo Supremo de Justicia Militar del veintiuno de febrero del mil novecientos noventa y cuatro (causa número 157- V-93) declaró como hecho probado que se llevó a cabo la incursión en la Universidad "La Cantuta", el secuestro de los agraviados y su traslado con dirección a la ciudad de Lima; que, sin embargo, en el trayecto, en lugar no precisado, los mataron y enterraron en unas fosas ubicadas en Huachipa, para posteriormente, en fecha no determinada, trasladar los restos a la quebrada de Chavilca-Cieneguilla donde fueron calcinados parcialmente y enterrados secundariamente."