Hoy, 18 de septiembre, se celebra a San José de Cupertino en el santoral católico, conocido por ser el patrón de los estudiantes y aviadores. Su vida y obra han dejado una profunda huella en la espiritualidad cristiana y su historia respira devoción y misticismo.
San José de Cupertino, nacido el 17 de junio de 1603 en un establo en Lecce, Italia, bajo el nombre de José María Desa, creció en un entorno de precariedad económica. Su familia enfrentaba serias dificultades financieras, lo que lo llevó a una vida de sufrimiento desde joven. A los diecisiete años, José solicitó ingresar al convento de Santa María de Grotella, donde se encontró con un ambiente de apoyo y fe.
A pesar de sus limitaciones educativas, que comprendía pues se autodenominaba "Hermano Burro", José recibió el don de la ciencia infusa y desarrolló habilidades extraordinarias, que incluían levitaciones y éxtasis místicos. A través de una serie de milagros evidenciados durante sus exámenes de ordenación, fue finalmente ordenado sacerdote en 1628, y se destacó en el ejercicio del ministerio, especialmente en atención a los pobres.
Su vida espiritual no estuvo exenta de controversia. La autenticidad de su experiencia espiritual provocó envidias y críticas, que incluso llevaron a la intervención de la Inquisición. Uno de los momentos más destacados de su vida ocurrió durante una audiencia con el Papa Urbano VIII, quien quedó maravillado al ver que José levitaba, suspendido en el aire sin ningún soporte físico. Este fenómeno atrajo multitudes, convirtiendo sus lugares de retiro en centros de peregrinación.
La dedicación de San José de Cupertino a la pobreza, la caridad y la oración ha sido una fuente de inspiración para muchos dentro de la Iglesia. Su muerte ocurrió el 18 de septiembre de 1663, a los 60 años. Fue beatificado en 1753 por el Papa Benedicto XIV y canonizado el 16 de julio de 1767 por el Papa Clemente XIII, lo que consolidó su legado como un modelo de humildad y entrega divina.
Otros santos del día
- San Océano de Nicomedia: Mártir que entregó su vida por su fe durante las persecuciones contra los cristianos.
- Santa Ariadna de Prymnesso: Conocida por su virtud y valentía, es recordada por su testimonio en favor de la fe cristiana.
- San Ferrólo de Vienne: Obispo que desempeñó un papel crucial en la difusión del cristianismo en su región.
- San Eustorgio de Milán: Obispo venerado por su dedicación y trabajo pastoral en la Iglesia primitiva.
- San Senario de Avranches: Santo conocido por su gran dedicación a la evangelización y su amor por los pobres.
- San Ferrólo de Limoges: Conocido por su labor pastoral y como defensor de la fe.
- San Eumenio de Gortina: Considerado un destacado evangelizador en su tiempo.
- Santa Ricarda de Andlau: Patrona de la región, famosa por su vida de piedad y servicio.
- Santo Domingo Trach: Mártir que dejó un legado de valentía y fe.
- Beatos David Okelo y Gildo Irwa: Mártires que ejemplificaron la fe y valentía en momentos de persecución.
- Beato Carlos Eraña Guruceta: Reconocido por su dedicación en la difusión de la fe en tiempos difíciles.
- Beatos Fernando García Sendra y José García Mas: Mártires que dieron testimonio de su fe a costa de su vida.
- Beatos mártires Ambrosio Chuliá Ferrandis y Valentín Jaunsarás Gómez: Presbíteros que sacrificaron sus vidas por su fe, junto con otros mártires.
- Beato José Kut: Aclamado por su vida de entrega y servicio en la comunidad.
¿Qué es el santoral?
El santoral católico es el conjunto de individuos reconocidos por la Iglesia como santos o beatos, celebrándose cada uno en fechas específicas. Este calendario, conocido como Martirologio Romano, lista aproximadamente 7,000 santos y beatos, proporcionando una guía para la veneración y conmemoración a lo largo del año.
¿Por qué se celebra el día del santo?
La celebración de los santos se basa en la tradición cristiana de recordar y honrar las vidas de aquellos que vivieron de manera extraordinaria sus creencias religiosas. Cada día del calendario se dedica a uno o más santos, proporcionando a los fieles oportunidades para reflexionar sobre sus vidas y buscar su intercesión.
¿Cómo se convierte alguien en santo?
El proceso de canonización es riguroso e implica varias etapas. Inicialmente, se debe llevar a cabo una investigación exhaustiva sobre la vida del candidato, que incluye testimonios y documentos de su vida. Posteriormente, la Iglesia evalúa sus virtudes y la existencia de milagros atribuibles a su intercesión. Una vez completados estos pasos, el Papa puede declarar oficialmente a la persona como santo.