Hoy, 10 de septiembre, la Iglesia católica conmemora a San Nicolás de Tolentino, un santo venerado especialmente por su dedicación a la espiritualidad y la penitencia. Junto a él, se celebran las festividades de otros santos como Santa Pulqueria, San Nemesio de Alejandría y San Agabio.
San Nicolás nació en el año 1245 en el área de Las Marcas, Italia, específicamente en la diócesis de Fermo. Desde joven se mostró inclinado hacia la vida religiosa, lo que lo llevó a unirse a la Orden de San Agustín en la comunidad de Tolentino. Su vida estuvo marcada por prácticas de severa penitencia y un compromiso constante con la oración. A pesar de su riguroso estilo de vida, Nicolás era conocido por su amabilidad y compasión hacia los demás, siendo un ejemplo de simbiosis entre la austeridad y la caridad.
Una de las características más notables de su ministerio fue su excepcional capacidad para conectarse con aquellos que buscaban ayuda. A menudo, se dice que se autoimponía las penitencias que sus penitentes encontraban difíciles de llevar, reflejando una empatía que lo distinguía de otros religiosos de su tiempo. Su fallecimiento se produjo en 1305, y desde entonces ha sido visto como un intercesor eficaz ante Dios, especialmente en el contexto de las oraciones y penurias de su comunidad.
En la misma fecha, se recuerda a San Nemesio de Alejandría, un mártir del siglo III. A pesar de haber sido injustamente acusado de robo y exonerado inicialmente, fue capturado de nuevo durante la persecución de cristianos ordenada por el emperador Decio. En el año 251, Nemesio fue atormentado y martirizado, siendo crucificado junto a otros representando la resistencia cristiana frente a la opresión de su época.
Otros santos que se celebran este día incluyen a:
- Santa Pulqueria de Constantinopla, conocida por su devoción y la defensa del cristianismo en su época.
- San Agabio de Novara, un santo menos conocido, pero cuya vida está llena de actos de fe significativos.
- San Salvio de Albi, quien contribuyó a la difusión del cristianismo en su región.
- San Teodardo de Tongres, conocido por su comprometida labor pastoral.
- San Autberto de Avranches, un destacado obispo en la historia de la Iglesia.
- Beato Oglerio de Locedio, reconocido por su vida de oración y servicio.
- Beatos Sebastián Kimura y Francisco Morales, ambos mártires contemporáneos con muchos compañeros.
- San Ambrosio Eduardo Barlow, quien también falleció como mártir.
- Beato Jacobo Gagnot, un ejemplo de dedicación a la fe cristiana.
¿Qué es el santoral?
El santoral se refiere al conjunto de nombres de santos y beatos que la Iglesia católica reconoce en sus festividades a lo largo del año. Este sistema de celebración está organizado en un calendario llamado Martirologio Romano, que contiene la lista de aproximadamente 7,000 santos y beatos oficialmente reconocidos. A través de esta celebración, los fieles pueden rendir homenaje y recordar las virtudes y acciones de aquellos que han vivido su fe de manera notable.
¿Por qué se celebra el día del santo?
La celebración de un santo en un día específico tiene un propósito tanto espiritual como histórico. El día conmemorativo resalta el legado del santo, sirviendo como recordatorio de sus virtudes y contribuciones a la fe cristiana. La devoción hacia los santos no solo invita a la oración y la meditación, sino que también fomenta el crecimiento espiritual de los creyentes, inspirándolos a seguir el ejemplo de vida de estos modelos de santidad.
¿Cómo se convierte alguien en santo?
El proceso de canonización implica varios pasos sistemáticos que comienzan con la investigación de la vida y las obras del candidato. A partir de su muerte, se requiere un período de espera y una evaluación de su vida. Posteriormente, se reconoce un milagro asociado a su intercesión, lo que lleva a la beatificación. Finalmente, un segundo milagro lleva a la canonización oficial por parte del Papa, reconociendo a esa persona como santo de la Iglesia.