Hoy, 13 de septiembre, se conmemora en el santoral católico a San Juan Crisóstomo, una de las figuras más influyentes de la Iglesia primitiva. Su legado como teólogo, predicador y líder religioso lo ha convertido en un referente ineludible para la tradición cristiana.
San Juan Crisóstomo, conocido también como Juan de Antioquía, nació en el año 349 en una Siria que aún formaba parte del vasto Imperio Romano. Hijo de un oficial del ejército romano y de una madre cristiana, su formación académica fue notable. Estudió filosofía con Andragatio, retórica con Libanio y teología con Diodoro de Tarso, lo que le permitió desarrollar una elocuencia excepcional, de ahí su apodo "Crisóstomo", que significa "boca de oro".
Tras su ordenación como presbítero, San Juan comenzó a destacar por su profundo compromiso con la fe y su capacidad para predicar. Su estilo directo y a menudo polémico lo llevó a convertirse en patriarca de Constantinopla, donde se enfrentó a la corrupción del clero y de la corte bizantina. Sus discursos en defensa de la justicia y la integridad moral resonaron en una época de turbulencias y corrupción.
El contexto político y religioso de su tiempo fue complicado. Durante su vida, Juan Crisóstomo se opuso abiertamente a las injusticias y a la manipulación de los poderosos. Esta postura lo llevó al exilio en el 404 d.C., decretado por el emperador Arcadio. Después de sufrir numerosos abusos y dificultades durante su destierro, murió en el año 407 en Comana Pontica, actual Turquía, en un estado de gran sufrimiento.
La repercusión de sus enseñanzas perduró a través de sus escritos, que abarcan desde homilías hasta cartas en las que enfatiza que todas nuestras acciones deben dar gloria a Dios. En 1568, el Papa Pío V lo declaró Doctor de la Iglesia y patrón de los predicadores, reconociendo así su contribución teológica y pastoral.
La festividad de San Juan Crisóstomo, originalmente celebrada el 26 de septiembre, fue trasladada al 13 de septiembre en la última actualización del calendario romano, marcando su importancia en la vida de la Iglesia.
Otros santos del día
- San Julián de Ancira: Mártir que vivió durante la persecución de Diocleciano, conocido por su firmeza en la fe a pesar del sufrimiento.
- San Litorio de Tours: Obispo venerado por su labor pastoral en la región de Tours en Francia, mostrando dedicación a su comunidad.
- San Emiliano de Valence: Obispo que destacó por su compromiso con la educación de los fieles y su defensa de la doctrina cristiana.
- San Marcelino de Cartago: Mártir que enfrentó valientemente la persecución, conocido por su muerte en defensa de la fe cristiana.
- San Maurilio de Angers: Obispo que desarrolló una notable labor evangelizadora y organizativa en su comunidad.
- San Amado de Sens: Esta figura es recordada por su vida de santidad y devoción a Dios.
- San Venerio de Tiro Maggiore: Un obispo cuyas acciones en vida fueron un reflejo de su amor y servicio a la Iglesia.
- San Amado de Sion: Conocido por su labor en el ámbito religioso, su vida es un ejemplo de dedicación a la fe.
- Beata María de Jesús López de Rivas: Reconocida por su vida de oración y servicio a los demás.
- Beato Claudio Dumonet: Un religioso que se dedicó a la causa de los pobres y necesitados.
- Beato Aurelio María (Bienvenido) Villalón Acebrón: Destacó por su entrega a la misión pastoral.
- Dedicación a las basílicas sobre el monte Calvario y el Sepulcro del Señor en Jerusalén: Un hito importante en la historia del cristianismo.
¿Qué es el santoral?
El santoral católico es el conjunto de onomásticas que la Iglesia reconoce para celebrar la vida de santos y beatos en fechas determinadas. Este listado es compilado en el Martirologio Romano, donde se documentan aproximadamente 7,000 nombres de personas veneradas a lo largo de la historia.
¿Por qué se celebra el día del santo?
La celebración de los días santos se basa en la importancia de la memoria de cada individuo en la vida de la Iglesia. Estas conmemoraciones permiten a los fieles recordar y honrar las virtudes y enseñanzas de aquellos que han llevado vidas ejemplares, inspirando a otros a seguir su ejemplo.
¿Cómo se convierte alguien en santo?
El proceso de canonización comienza con la investigación de la vida y las virtudes del candidato. Luego de una serie de pasos que incluyen la beatificación, se requiere la comprobación de milagros atribuidos a la intercesión del beato. Finalmente, el Papa declara oficialmente a la persona como santo, permitiendo su veneración pública.