Hoy, 20 de septiembre, la Iglesia católica conmemora a San Andrés Kim Taegon y a otros mártires coreanos, además de recordar a San Eustaquio y San Dorimedonte, entre otros santos y beatos. Este día es una celebración significativa que refleja el sacrificio y la fe de aquellos que han defendido sus creencias, incluso en los momentos más adversos.
San Andrés Kim Taegon es un héroe de la fe en Corea, reconocido como el primer sacerdote nativo del país. Nacido en 1821, Andrés creció en un entorno donde el cristianismo estaba empezando a florecer a pesar de las persecuciones. Fue educado por su padre, un catequista, y desde joven sintió un llamado profundo hacia el sacerdocio, dedicándose a la evangelización en Corea.
El cristianismo llegó a Corea a través de la labor de laicos, quienes, al experimentar la fe, se sintieron motivados a compartirla. Sin embargo, bajo la dinastía Joseon, la situación se tornó peligrosa. Las autoridades comenzaron a perseguir a los cristianos de manera sistemática. Durante las persecuciones que tuvieron lugar entre 1839 y 1867, un total de 103 mártires, incluidos Andrés Kim Taegon y el catequista laico Pablo Chong Hasang, fueron ejecutados por su fe y valentía. Estos mártires se convirtieron en símbolos de la resistencia del cristianismo en Corea.
La canonización de estos mártires llegó en 1984, bajo el pontificado de Juan Pablo II, quien los reconoció como testigos valientes de la fe en un momento de intensa adversidad. La celebración de estos santos no solo subraya su valentía, sino que también resalta el papel crucial de la iglesia en la historia de Corea, cuando se han llevado a cabo esfuerzos de evangelización y catequesis, a pesar de los retos.
Por otro lado, este 20 de septiembre también se recuerda a San Eustaquio, un notable mártir del siglo II. Originalmente conocido como Plácido, Eustaquio sirvió como un destacado general romano bajo el emperador Trajano. Su conversión al cristianismo fue un evento transformador que ocurrió durante una cacería de ciervos, donde se le apareció una estampida y, entre ellos, un ciervo con cuernos en forma de cruz. Esa imagen fue acompañada por una voz que le cuestionaba su persecución, anunciando que sufriría por Cristo.
Su fe lo llevó a afrontar graves consecuencias. En el año 118, durante las persecuciones del emperador Adriano, Eustaquio fue arrestado y martirizado junto a su esposa e hijos. Su sacrificio le ha valido el honor de ser considerado el patrón de los cazadores y de las causas difíciles, símbolo de la firmeza ante las pruebas de la vida.
¿Qué es el santoral?
El santoral es un registro que contiene los nombres de los santos y beatos reconocidos por la Iglesia Católica, calendario que se recoge en el Martirologio Romano. Este contenido presenta las festividades y conmemoraciones que se celebran en fechas específicas a lo largo del año. Es una forma de honrar y recordar a aquellos que han vivido el cristianismo de manera ejemplar, sirviendo como una guía espiritual para los fieles.
¿Por qué se celebra el día del santo?
La celebración del día de un santo es un acto de veneración que permite a los fieles recordar su vida, virtudes y sacrificios. Estas festividades ayudan a mantener viva la memoria de su legado e inspirar a las generaciones presentes. En muchos casos, el día del santo conmemora el aniversario de su nacimiento al cielo, su martirio o algún evento significativo de su vida. Este ritual también ofrece a los creyentes la oportunidad de reflexionar sobre sus propias vidas a la luz de esos ejemplos de fe.
¿Cómo se convierte alguien en santo?
El proceso de canonización es un camino riguroso y meticuloso dentro de la Iglesia Católica. Este proceso puede tardar años, incluso siglos, y comienza con una investigación exhaustiva sobre la vida del candidato. Se examinan sus virtudes, milagros atribuidos y su fama de santidad. Posteriormente, se lleva a cabo un análisis teológico y la decisión final recae en el papa, quien puede declarar oficialmente a una persona como santo. Esta proclamación es un reconocimiento de su vida ejemplar y su impacto positivo en la fe cristiana.
Las festividades de hoy no solo resaltan la memoria de mártires valientes, sino que también nos recuerdan la importancia de la fe en la vida cotidiana de los creyentes, alentando a cada uno a reflexionar sobre su propia relación con lo divino.