Hoy, 4 de octubre, la Iglesia Católica conmemora a San Francisco de Asís, una figura emblemática del cristianismo y reconocido por su profundo amor hacia la naturaleza y los pobres.
San Francisco de Asís nació en 1182 en Asís, Italia, dentro de una familia acomodada. Su padre, Pietro di Bernardone, era un exitoso mercader de telas, lo que le permitió disfrutar de una juventud despreocupada. Sin embargo, el rumbo de su vida cambiaría drásticamente al recibir un mensaje divino que lo guiaría hacia el servicio a Dios y a los demás.
A los 20 años, Francisco se unió a una aventura militar, participando en conflictos como la guerra entre Asís y Perugia y las cruzadas. Durante una de estas batallas, mientras se encontraba en Spoleto, experimentó una revelación trascendental que lo llevó a cuestionar sus elecciones: "¿Por qué te empeñas en buscar al siervo en lugar del Señor?". Este sueño lo inspiró a abandonar la vida bélica y abrazar un camino de fe más profundo.
En 1206, retirándose de las posesiones materiales y de su herencia familiar, Francisco se dedicó a vivir en austera pobreza. Su primera misión fue la restauración de iglesias, incluyendo San Damián y San Pedro, así como brindar atención a los necesitados. Aquellos que anteriormente le eran ajenos, como los leprosos, se convirtieron en su prioridad.
San Francisco fundó la Orden Franciscana, que inicialmente consistía en la Primera Orden, dedicada a la vida de pobreza y predicación. Posteriormente, estableció una segunda orden, conocida como las Clarisas, dirigida a mujeres que buscaban seguir su ejemplo. También instituyó una Orden Terciaria para laicos, permitiendo que más personas participaran en su misión de caridad y servicio.
A lo largo de su vida, se le atribuyeron numerosos milagros, incluyendo la notable habilidad de comunicarse con animales, lo que lo lleva a ser considerado el patrón de los veterinarios. Además, se reconoce que fue el primer caso documentado de estigmatización visible, una conexión profunda y mística con las heridas de Cristo.
San Francisco falleció el 3 de octubre de 1226 a los 44 años, y solo dos años después de su muerte, el papa Gregorio IX lo canonizó, consolidando su legado como uno de los santos más venerados de la iglesia católica.
Otros santos del día
- San Petronio de Bolonia: Patrono de la ciudad de Bolonia, peticionario de justicia y conocido por su trabajo pastoral en la diócesis de esa región.
- San Quintín de la Galia Turonense: Un mártir cristiano supuestamente del siglo III, cuya fe lo llevó a un sacrificio extremo por defender sus creencias.
- Santa Áurea de París: Patrona de París y a menudo involucra en historias de defensa de la ciudad durante tiempos de crisis.
- Beato Francisco Javier Seelos: Un sacerdote con gran dedicación a las misiones en América, conocido por su labor entre los más necesitados.
- Beato Enrique Morat Pellicer: Reconocido por su vida de fe y servicio en las comunidades donde vivió.
- Beato José Canet Giner: Su legado incluye un compromiso fuerte hacia la educación y la formación espiritual.
- Beato Alfredo Pellicer Muñoz: Un defensor de los derechos y la dignidad humana a través de su obra pastoral.
¿Qué es el santoral?
El santoral católico consiste en una lista de santos y beatos que son celebrados en días específicos del calendario litúrgico. Este catálogo, conocido formalmente como el Martirologio Romano, contiene aproximadamente 7.000 nombres reconocidos por la Iglesia, junto a las historias y virtudes que los distinguen.
¿Por qué se celebra el día del santo?
La conmemoración diaria de los santos no solo honra su memoria, sino que también brinda a los fieles un modelo de vida cristiana a seguir. Cada santo o beato representó ideales como la caridad, la fe y el sacrificio, lo cual es especialmente fácil de recordar en días dedicados a ellos.
¿Cómo se convierte alguien en santo?
El proceso de canonización en la Iglesia Católica es largo y riguroso. Inicia con la consideración de la vida del candidato, los milagros atribuidos a su intercesión y la evaluación de su moralidad y virtudes. Una vez verificados todos estos aspectos, el Papa puede proceder a la canonización, proclamando oficialmente a la persona como santo.