Hoy, 26 de septiembre, la Iglesia católica celebra en su santoral a destacados santos, entre ellos los mártires San Cosme y San Damián, San Gedeón, San Nilo, y Santa Teresa Couderc, entre otros. Esta conmemoración es un momento propicio para reverenciar las vidas y legados de estos santos que han influido en la historia de la fe cristiana.
San Cosme y San Damián fueron gemelos nacidos en Arabia durante el siglo III. Se formaron como médicos en Siria, donde adquirieron renombre por su dedicación a curar sin solicitar remuneración alguna. Su labor altruista les ganó el apodo de "anargiri", que traducido del griego significa "los que no requieren dinero". Alternando entre su práctica médica y la evangelización, los hermanos lograron convertir a muchos paganos al cristianismo en la región de Alejandreta.
Su ministerio se vio truncado bajo la persecución ordenada por el emperador romano Diocleciano entre 303 y 311 d.C. Esta fase de la historia fue conocida por ser una de las más crueles para los cristianos. San Cosme y San Damián fueron rápidamente localizados por las autoridades dado su creciente fama. Tras ser capturados, sufrieron torturas extremas, que incluyen ser lanzados al fuego y lapidados, pero lograron sobrevivir a los intentos de asesinato gracias a su fe. Finalmente, fueron decapitados, culminando así su martirio.
La devoción hacia estos mártires se desarrolló rápidamente después de su muerte, cimentándose en numerosos relatos de milagros que se les atribuyeron. En el siglo V, se construyeron varias iglesias en su honor, incluyendo dos en Constantinopla y una en el Foro Romano, encargada por el entonces Papa Félix. Se dice que sus restos fueron trasladados y que, en una reveladora anécdota, un dromedario que los transportaba habló, afirmando que no deberían ser separados en la sepultura, destacando su unidad tanto en vida como en muerte.
Otros santos del día
- San Gedeón: Juez y líder del pueblo hebreo, conocido por su victoria contra los madianitas. Su fe y liderazgo se consideran ejemplos de valentía en las Escrituras.
- San Nilo el Joven: Monje famoso por su vida de austeridad y dedicación a la oración, influyó en la vida monástica de su tiempo.
- Santa Teresa Couderc: Fundadora de la Congregación de la Religión de la Cruz, su labor social y espiritual fue significativa en el ámbito educativo y misionero.
- San Eusebio de Bolonia: Obispo que destacó por su compromiso pastoral y su labor evangelizadora en la región de Bolonia.
- Beata Lucía de Caltagirone: Reconocida por su dedicación a los necesitados y su vida de servicio, formando parte del listado de beatos de la Iglesia.
¿Qué es el santoral?
El santoral católico es un compendio que agrupa a todos los santos y beatos reconocidos por la Iglesia, distribuidos a lo largo del año en un calendario litúrgico. Este documento, conocido como el Martirologio Romano, recoge casi 7,000 nombres y sus festividades, proporcionando una guía a la comunidad de fe sobre las conmemoraciones de cada día.
¿Por qué se celebra el día del santo?
La celebración de un santo está destinada a honrar su memoria y a recordar sus virtudes y enseñanzas. Cada día del año, la Iglesia dedica un espacio para conmemorar a aquellos que han llevado una vida ejemplar y que, a través de su fe y acciones, han impactado la vida de otros. Esta práctica fortalece la identidad cristiana y la continuidad de la tradición espiritual a través de los siglos.
¿Cómo se convierte alguien en santo?
El proceso de canonización implica varias etapas formales. Un candidato debe haber vivido una vida de gran virtud y, idealmente, haber realizado milagros confirmados. La etapa inicial es la beatificación, que reconoce a la persona como beata; posteriormente, la canonización lleva a la persona a ser oficialmente designada como santo por el Papa. Este proceso incluye la recopilación de evidencias sobre la vida del candidato y, frecuentemente, testimonios de milagros atribuidos a su intercesión.
La colaboración entre la comunidad de fieles y la Iglesia es esencial en este proceso, haciendo del camino hacia la santidad una vivencia colectiva de fe.