Aviñón, en el corazón de la Provenza, es una ciudad que respira historia y cultura, y su joya indiscutible es el Palacio de los Papas, el mayor palacio gótico del mundo y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Mi visita, en un soleado julio de 2025, coincidió con el vibrante Festival de Teatro de Aviñón, el más grande del mundo, que transforma la ciudad en un escenario vivo de arte y creatividad.
Aquí te cuento cómo fue recorrer este coloso medieval, sus jardines, el famoso Puente de Aviñón y un poco de su ambiente único en esta época del año.

La importancia de Aviñón y su puente
Aviñón no es solo un destino turístico; en el siglo XIV fue el epicentro del cristianismo occidental, cuando nueve papas residieron aquí, convirtiendo la ciudad en una “segunda Roma”. Su estratégica ubicación a orillas del río Ródano y su icónico Puente Saint-Bénézet (sí, el de la famosa canción) lo convirtieron en un punto clave para el comercio y la política. El puente, construido en el siglo XII, conectaba las tierras papales con el Reino de Francia, aunque hoy solo conserva cuatro de sus 22 arcos originales debido a las crecidas del río y su base inestable de arena y grava. Pasear por él es como caminar sobre una postal histórica, con vistas al Ródano y al palacio que te hacen sentir en otra época.
Visita al Palacio de los Papas
El Palacio de los Papas es un gigante de piedra que impresiona desde el primer vistazo. Construido en menos de 20 años (1335-1352) bajo Benedicto XII y Clemente VI, combina la robustez de una fortaleza con la opulencia de un palacio. Con 15,000 m², equivale a cuatro catedrales góticas, y sus muros, torres y claustros narran el poder de la Iglesia en la Edad Media.La experiencia en el interior es inmersiva gracias al Histopad, una tableta de realidad aumentada que te transporta al siglo XIV.
Mientras recorría las 25 salas abiertas al público, como la Gran Audiencia o la Capilla Clémentine, el Histopad recreaba cómo lucían estas estancias en su apogeo, con muebles, tapices y colores vibrantes. La Cámara del Papa y la Cámara del Ciervo, decoradas con frescos de Matteo Giovanetti, son joyas que reflejan un arte innovador para la época, con escenas naturalistas que sorprenden por su detalle.

En la Gran Tinel, la sala de banquetes, casi podía imaginar las fastuosas fiestas papales, con mesas repletas de manjares medievales.La cocina del palacio, aunque no está en el recorrido principal, es fascinante. Las recreaciones del Histopad muestran cómo se preparaban opulentos banquetes con hierbas de los jardines papales y vinos de la región, como los famosos Côtes du Rhône. Los chefs de la época, al servicio de los papas, usaban especias exóticas y técnicas avanzadas, un reflejo del lujo de la corte papal.
En julio, el Cour d’Honneur, el patio principal, se transforma en un escenario al aire libre para el Festival de Teatro. Un imponente escenario ocupa este espacio, donde cada noche se presentan obras ante 2,000 espectadores. Durante mi visita, el ambiente era eléctrico: actores, artistas callejeros y turistas llenaban las calles, y el patio vibraba con la preparación de una obra de Shakespeare. Este festival, fundado en 1947 por Jean Vilar, convierte a Aviñón en la capital mundial del teatro, con casi 8,000 artistas actuando en 130 escenarios por toda la ciudad.
Subir a las terrazas fue un broche de oro. Las vistas panorámicas del Ródano, el puente y los tejados de Aviñón son inolvidables, especialmente al atardecer, cuando la ciudad se tiñe de tonos dorados.

Los jardines pontificios
Los jardines del Palacio, divididos en el Jardín Papal, el Jardín del Palacio y el Vergel Urbano V, son un oasis de calma. Plantados con especies mediterráneas documentadas desde el siglo XIV, como lavanda y olivos, estos espacios recrean el ambiente medieval con un sistema hidráulico original. En julio, los jardines acogen eventos como talleres sensoriales y degustaciones de vinos locales, como los del Château des Coccinelles, acompañados de música en vivo. Pasear por ellos es una pausa perfecta tras la intensidad del palacio, y su diseño te ayuda a entender mejor la estructura del complejo.

El Puente de Aviñón
A pocos pasos del palacio, el Puente Saint-Bénézet es mucho más que una canción. Aunque incompleto, sus cuatro arcos de piedra son un testimonio de la ingeniosidad medieval. La audioguía incluida en la entrada combinada (14,50 € por palacio y puente) cuenta la historia de San Bénézet, el pastor que, según la leyenda, inspiró su construcción. El puente, con vistas al Ródano y al palacio, es accesible para personas con discapacidad y tiene paneles táctiles para visitantes con problemas visuales. Visitarlo al atardecer, con la silueta del palacio de fondo, es pura magia.

Consejos prácticos
- Entradas: La entrada combinada (palacio + puente) cuesta 14,50 € (11,50 € reducida). Incluye el Histopad, disponible en español, y es válida 24 horas. Reserva online para evitar colas, especialmente en julio.
- Duración: El palacio se recorre en unas 2 horas; los jardines, en 30 minutos; y el puente, en 45 minutos.
- Festival de Teatro: En julio, planea tu visita al palacio por la mañana para evitar las multitudes y disfrutar del ambiente festivo por la tarde.
- Gastronomía: No te pierdas los mercados de Les Halles, donde chefs locales cocinan con productos frescos, o prueba un vino de la región en los eventos de los jardines.