Entre el 1 y el 12 de octubre de 2025, Toulouse vibró con la 30ĀŖ edición del Festival Toulouse les Orgues, una celebración que, aƱo tras aƱo, transforma la ciudad en un escenario sonoro donde el órgano, protagonista absoluto, dialoga con la mĆŗsica clĆ”sica, contemporĆ”nea y experimental. Bajo la dirección artĆstica de Yves Rechsteiner, la edición de 2025, titulada Souffle et LumiĆØre (āAliento y Luzā), propuso una programación que fusionó tradición e innovación, reafirmando el órgano como instrumento vivo y versĆ”til capaz de suscitar desde la introspección espiritual hasta el Ć©xtasis colectivo. Durante nuestra estancia, asistimos a tres conciertos emblemĆ”ticos que ilustraron la amplitud de esta propuesta: āEl aliento y el estruendoā, āLa Noche del Ćrgano 2025ā y Bachās Engram.

El aliento y el estruendo: Escaich y el Quatuor Tchalik en el Temple du Salin
El 10 de octubre, el Temple du Salin, un espacio protestante emblemÔtico en el corazón de Toulouse, fue testigo de una velada que combinó la majestuosidad del órgano con la intimidad de la música de cÔmara. Thierry Escaich, compositor y organista titular de Notre-Dame de Paris desde 2024, se unió al Quatuor Tchalik, conformado por los hermanos Daniel, Gabriel, Louise y Marc, para ofrecer un programa que navegó entre Mozart, Mendelssohn, Saint-Saëns y composiciones contemporÔneas propias de Escaich.
El concierto abrió un diĆ”logo entre Ć©pocas y estilos, destacando la versatilidad del órgano como instrumento capaz de ser susurro, luz o tormenta. El Quatuor Tchalik, con su complicidad heredada de aƱos de prĆ”ctica conjunta, interpretó los movimientos clĆ”sicos con precisión y dulzura, generando momentos de conexión emocional intensa. Gabriel Tchalik, con un violĆn que parecĆa una extensión de su propia voz, imprimió a la interpretación una fuerza casi coreogrĆ”fica, transformando cada frase musical en un gesto lleno de vida.
Escaich deslumbró con su virtuosismo, especialmente en las improvisaciones que marcaron el inicio, el intermedio y el final del programa. Sin embargo, su obra Prana (2022), con influencias africanas y gregorianas, provocó reacciones encontradas. La potencia sonora, combinada con disonancias y ritmos irregulares, generó momentos de tensión casi cinematogrĆ”fica. Mientras algunos espectadores admiraban la audacia y la creatividad de Escaich, otros se sintieron desbordados por el impacto fĆsico y emocional de la pieza.
El cierre con un bis de Saint-SaĆ«ns trajo un alivio reconfortante, devolviendo al pĆŗblico a un terreno mĆ”s familiar. La dualidad de la velada āentre tradición y modernidad, introspección y estruendoā resumió a la perfección la filosofĆa del festival: provocar emociones, desafiar expectativas y celebrar la mĆŗsica como un acto vital.
La Noche del Ćrgano 2025: La joven generación al teclado
Al dĆa siguiente, la BasĆlica de Saint-Sernin se llenó de pĆŗblico ansioso por presenciar āLa Noche del Ćrgano 2025ā, un homenaje a la juventud y al virtuosismo contemporĆ”neo. Tres organistas emergentes āel britĆ”nico William Fielding, la china Wanying Lin y el italiano Fabrizio Guidiā demostraron que el órgano es un instrumento que no conoce lĆmites, capaz de adaptarse a repertorios clĆ”sicos, contemporĆ”neos y hasta cinematogrĆ”ficos.

Fabrizio Guidi abrió la velada con un repertorio de raĆz italiana y rusa, interpretando Leggenda y Fantaisie de Raffaele Manari y la transcripción de Vocalise de Rachmaninov. Su ejecución, sobria y meditativa, estableció un ambiente elegante que preparó al pĆŗblico para los contrastes que vendrĆan. Las improvisaciones sobre temas de Rachmaninov mostraron un virtuosismo contenido, preciso y emocionalmente coherente.
Wanying Lin irrumpió con energĆa electrizante, transformando el órgano en una orquesta futurista con obras de Hans Zimmer, Jean-Baptiste Robin, Ad Wammes, Arvo PƤrt y Akira Nishimura. Su interpretación de Vision in Flames fue un punto culminante: la organista no solo tocaba, sino que āvivĆaā el instrumento, generando un silencio reverente que estallaba en aplausos.
William Fielding, centrado en el repertorio britĆ”nico y francĆ©s del siglo XX, ofreció una ejecución de concentración casi mĆstica. Sus interpretaciones de Howells y DuruflĆ©, especialmente la Toccata de este Ćŗltimo, mostraron un virtuosismo impecable, combinado con un dominio absoluto de los registros y pedales.

El punto culminante de la velada fue la interpretación conjunta de Libertango de Astor Piazzolla, adaptada para seis manos y seis pies. La coordinación, pasión y sincronización de los tres organistas transformó la BasĆlica de Saint-Sernin en un espectĆ”culo coreogrĆ”fico y sonoro Ćŗnico, provocando ovaciones y aplausos de pie. La producción audiovisual, con cĆ”maras que mostraban la consola del órgano, permitió apreciar la complejidad tĆ©cnica y artĆstica del acto, haciendo que el pĆŗblico viviera la mĆŗsica desde la perspectiva del intĆ©rprete.
āLa Noche del Ćrgano 2025ā fue un ejemplo claro de que la nueva generación no solo preserva la tradición, sino que la reinventa, demostrando que el órgano sigue siendo un instrumento vibrante, creativo y lleno de posibilidades.
Bachās Engram: Tradición y experimentación vocal en la clausura
La edición 2025 concluyó el 12 de octubre en Saint-Sernin con Bachās Engram, un programa que exploró la memoria musical y el diĆ”logo entre la tradición organĆstica de Johann Sebastian Bach y la experimentación vocal contemporĆ”nea del ensemble alemĆ”n Sjaella. Bajo la dirección artĆstica de Yves Rechsteiner, el concierto planteó un concepto atrevido: la mĆŗsica como memoria viva, donde la solemnidad del órgano se confronta con la expresividad corporal y vocal.
Albrecht Koch, organista titular del órgano Silbermann de Freiberg, abrió el recital con el Prélude en Mi bemol majeur, BWV 552/1, ofreciendo una interpretación de precisión y monumentalidad bachiana. La entrada del ensemble Sjaella rompió con la formalidad: palmas, golpes corporales y sonidos inusuales introdujeron un lenguaje contemporÔneo inesperado, que provocó sonrisas y murmullos entre los asistentes.

El repertorio, que incluyó adaptaciones de Kyrie, Gott Vater in Ewigkeit, BWV 669, y Vater unser im Himmelreich, BWV 682, combinó improvisación, percusión corporal y respiraciones entrecortadas, generando momentos de gran teatralidad y audacia sonora. No obstante, la alternancia entre órgano y voces no siempre logró una integración fluida, lo que dejó a algunos espectadores con sensación de desconexión.
Piezas como Trauma y Amnesia mostraron la capacidad de Sjaella para traducir conceptos psicológicos en experiencias musicales, generando texturas complejas y sugestivas. La presencia de Koch, con su rigor y experiencia, aseguró la solidez del repertorio bachiano, aunque el diÔlogo con el ensemble vocal se percibió limitado.
El concierto, lejos de ser una clausura convencional, reafirmó la capacidad del festival para desafiar al público y explorar nuevas fronteras musicales. La combinación de tradición y experimentación ofreció un espacio de reflexión sobre la herencia y la transformación de la música, recordando que el arte, como la memoria, evoluciona constantemente.
Toulouse Les Orgues 2025 confirmó que el órgano, lejos de ser un instrumento relegado al pasado, sigue siendo un vehĆculo de innovación, emoción y debate. Desde la intensidad del encuentro EscaichāTchalik, pasando por la energĆa joven de la Noche del Ćrgano, hasta la audacia conceptual de Bachās Engram, el festival demostró la riqueza de posibilidades que ofrece la mĆŗsica organĆstica. Los asistentes, testigos de virtuosismo, improvisación y experimentación, salieron con la certeza de que la mĆŗsica, en todas sus formas, continĆŗa siendo un acto de vida y reflexión, capaz de conmover, inspirar y desafiar a la vez.