En el marco del DMZ Docs, festival de cine celebrado en la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur del 11-17 septiembre 2025, se presentó la película “Mr. Nobody Against Putin”, dirigida por el estadounidense David Borenstein y el ruso Pavel Talankin. La obra ofrece una mirada inédita a la vida de Pasha (el propio Pavel Talankin), un maestro ruso que, confrontado con la creciente militarización de las escuelas y la propaganda estatal, decide alzar su voz y documentar la realidad que lo rodea.
“Fue realmente emocionante”, comenta Borenstein, recordando la proyección de apertura en el festival. “El sonido estaba tan alto que en Corea del Norte probablemente pudieron escucharlo. Fue fascinante, y el festival se convirtió en un símbolo de algo que aceptamos que no es normal, pero que refleja muchos de los problemas del mundo”. Para Borenstein, la experiencia de presentar la película justo en la frontera entre dos naciones en conflicto agrega una dimensión simbólica y metafórica al filme: “Tal vez esto tenga relación con Corea del Norte, o con cómo la guerra y la propaganda afectan directamente a la gente”.

El origen del proyecto
La historia de “Mr. Nobody Against Putin” comenzó de manera inesperada. Una compañía rusa de contenidos en línea publicó un aviso buscando historias positivas sobre la invasión de Ucrania, que ellos llamaban “operación militar especial”. “Pasha respondió con un mensaje ardiente sobre cómo había sido convertido en propagandista y cómo estaba lidiando con un dilema ético en medio de la educación patriótica y militarizada en su país”, explica Borenstein.
El riesgo era evidente: “Él no sabía quién estaba detrás de esa compañía en San Petersburgo o en Moscú. Pero alguien que leyó su carta vio su potencial y decidió que debía llegar a mí. Así fue como comenzamos a trabajar juntos. Lo que me atrapó de inmediato fue la claridad y honestidad de Pasha. Los primeros videos que me envió eran lecciones de propaganda filmadas de manera impactante; fue la primera vez que realmente entendí lo que estaba ocurriendo en Rusia”.
Humor y resistencia
Aunque el tema de la película es profundamente serio, Borenstein decidió incorporar humor: “Pasha es naturalmente un bromista. No es el típico intelectual ruso que haría un filme político serio sobre Putin. Su manera de ser permitió que la película explorara la guerra desde un ángulo distinto: la retaguardia, la vida cotidiana y las consecuencias humanas, con un tono inesperado”.
El director destaca que esta elección de tono no fue accidental. “Tengo una necesidad casi patológica de jugar con el tono en mis películas. Aunque este es un filme de guerra, no está en los campos de batalla; está en la retaguardia, donde los efectos de la guerra se sienten en la vida de los ciudadanos”.
La visión de Pavel Talankin
Para Pavel Talankin, co-director y nativo de Karabash, la película representa un esfuerzo de documentación sin precedentes. “Si no hubiera escrito esa carta, llegado a un acuerdo con David y permitido que el material fuera usado, estoy seguro de que la película no existiría en esta forma. La película habría existido de todas maneras, pero no con el impacto y la autenticidad que tiene hoy. Los materiales que mi padre me entregó no podían ser eliminados; eran demasiado importantes”.
Talankin resalta la importancia de escenas aparentemente simples: “Por ejemplo, hay momentos de pantalla completamente impactantes que obligan al espectador a no permanecer indiferente. Además, las escuelas en Rusia siguen siendo instituciones cerradas, donde es casi imposible filmar. Insistí en incluir escenas clave, como la directora de la escuela que dice: ‘Si enseñara a los niños así, me despedirían’. Él no quería incluirla, pero para mí era esencial”.

Karabash como símbolo
Talankin quiso que la historia quedara anclada a su ciudad natal, pero con un mensaje universal: “Le pedí a David que no mencionara Karabash, porque esta historia podría aplicarse a cualquier escuela rusa: la agitación, la propaganda, la militarización. Sin embargo, él insistió en dejar claro que esta es la historia de Karabash, de mi hogar, de mi familia. La película es sobre Rusia, pero también es sobre Karabash”.
La recepción en Rusia ha sido mixta. Mientras algunos padres expresaron su gratitud por mostrar la realidad dentro de las escuelas, otros respondieron con hostilidad e incluso amenazas. “No se trata de violencia física; se trata de no darles el motivo para sentirse con la razón. Esta historia es sobre hablar cuando nadie escucha, y sobre la certeza de que, aunque sea por unos minutos, tu voz puede ser escuchada”, afirma Talankin.
Reacciones internacionales
Borenstein recuerda cómo la película ha generado distintas reacciones según el público: “En Europa, la gente quería información directa sobre Rusia. En América, todo se interpretó desde la perspectiva estadounidense. Hemos recibido críticas de todo tipo: desde insultos por parte de personas que consideran a Pasha un traidor, hasta comentarios positivos que destacan su valentía y honestidad. Lo que más me sorprendió fueron las reacciones positivas dentro de Rusia: muchos reconocen el mensaje humano básico, que cualquier padre podría comprender”.
La película también subraya un mensaje universal sobre ética y responsabilidad: “Pasha no quiere que sus hijos sostengan armas en la escuela. Eso trasciende fronteras y sistemas políticos. Cualquier persona con sentido común y empatía puede entenderlo, incluso en medio de un contexto de guerra y propaganda”, explica Borenstein.

Una película única
Talankin define “Mr. Nobody Against Putin” como una película única, no solo por su contenido sino por su forma: “El cine es un arte sintético que reúne absolutamente todo. Aquí no se trata solo de mostrar hechos, sino de dar voz a quien no la tiene. Incluso cuando estás solo con tus pensamientos, la cámara te permite comunicarte y transmitir tu mensaje al mundo”.
Borenstein añade: “Lo que me atrajo fue la historia humana detrás de Pasha. Lo que lo mantiene vivo en la película es su historia personal y su manera de enfrentar la situación. Más allá de la política, la película es un testimonio de cómo un individuo puede desafiar la narrativa dominante y hacer que el mundo preste atención”.