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Precisamos Falar: la cena de Koch bajo el prisma brasileƱo en el festival de cine de Biarritz

La película brasileña "Precisamos Falar" ofrece una visión contemporÔnea de la desigualdad y la moral familiar en el contexto actual del país.
David SƔnchez
Biarritz (Francia)
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En 2009, Herman Koch publicó Het Diner (La cena), una novela que se convirtió rÔpidamente en un fenómeno internacional. La obra, traducida a mÔs de treinta idiomas y adaptada en varios países, se centra en una cena entre dos matrimonios acomodados, en la que emerge un secreto terrible: sus hijos han cometido un crimen. Koch disecciona con precisión quirúrgica la hipocresía, los privilegios y la violencia soterrada de la burguesía europea.

En 2025, Brasil estrenó su propia versión: Precisamos Falar, dirigida por Pedro Waddington y Rebeca Diniz, durante el Festival de Biarritz en Francia del 20-26 sep. La película no es una simple transposición del relato original, sino un diÔlogo profundo con la realidad brasileña contemporÔnea, marcada por la desigualdad económica, la polarización política y la influencia creciente de Internet sobre los adolescentes.

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Precisamos Falar

ā€œEn Brasil, la diferencia económica es muy marcadaā€, explica Rebeca Diniz. ā€œEse tema del privilegio nos parecĆ­a central. Las familias acomodadas intentan resolver sus problemas al margen de la justicia, y eso refleja nuestra realidad. Es un espejo incómodo, pero necesarioā€. Para Diniz, la pelĆ­cula debĆ­a capturar tanto la estructura social del paĆ­s como las tensiones internas de las familias, que muchas veces permanecen ocultas tras la fachada de la corrección.

Pedro Waddington aƱade que, desde su primer acercamiento a la novela y a la versión de Hollywood, lo que mĆ”s le llamó la atención fue la reducción del personaje de Michel a un simple villano. ā€œNo querĆ­a que fuera un psicópata plano. Ese chico existe en la vida real: es producto de su familia y de un contexto social. Reducirlo a un diagnóstico serĆ­a injusto y simplistaā€, afirma. La decisión de humanizar a Michel permite que la pelĆ­cula explore la complejidad de sus motivaciones y el impacto del entorno sobre sus decisiones, un enfoque que amplĆ­a la mirada de Koch y la adapta al Brasil contemporĆ”neo.

A diferencia de la novela, que transcurre durante una Ćŗnica cena, Precisamos Falar expande la acción a tres dĆ­as, una decisión clave para aumentar la tensión dramĆ”tica y permitir la inclusión de la perspectiva de los hijos. ā€œNos interesaba mostrar no solo el reflejo de los padres en los hijos, sino tambiĆ©n de los hijos en los padresā€, explica Waddington. Esta doble mirada genera un relato mĆ”s coral, donde cada acción repercute en las relaciones familiares y en la dinĆ”mica social que las envuelve.

Un elemento distintivo de la adaptación brasileƱa es la presencia de Internet como un territorio de influencia silenciosa sobre los jóvenes. Diniz enfatiza que, en el paĆ­s, la relación entre adolescentes y redes sociales no puede ser ignorada. ā€œEs un espacio que moldea comportamientos, genera presiones y a veces distorsiona la percepción de la realidadā€, seƱala. Esta actualización conecta la historia con la experiencia contemporĆ”nea, aportando relevancia y urgencia a un relato que, aunque universal, se hace mĆ”s cercano al espectador local.

La pelĆ­cula tambiĆ©n dialoga con el momento polĆ­tico actual de Brasil. ā€œAunque la historia fue escrita antes, refleja la polarización y el discurso de odio que vemos hoyā€, dice Waddington. ā€œNo querĆ­amos etiquetar a los personajes como de derecha o izquierda. Lo importante es si la educación que reciben los hijos es mĆ”s humanista o no. La pelĆ­cula evita el blanco y negro: no todos los padres violentos generan hijos violentos, ni al contrarioā€. De esta manera, la pelĆ­cula invita a reflexionar sobre la educación moral y Ć©tica en contextos de privilegio y desigualdad, un tema que resuena de manera particular en la sociedad brasileƱa contemporĆ”nea.

La adaptación también mantiene la capacidad de la novela de Koch para mezclar tensión y humor. El drama se ve atravesado por momentos de ironía y sarcasmo, que suavizan la crudeza del relato sin disminuir su impacto. Esta mezcla de tonos permite que la película funcione como thriller psicológico, sÔtira social y estudio generacional al mismo tiempo.

La estructura narrativa, expandida y flexible, permite que la pelĆ­cula se sumerja en las dinĆ”micas internas de la familia brasileƱa, pero tambiĆ©n en las interacciones mĆ”s amplias: la presión social, la polĆ­tica local y la influencia de los medios digitales. Waddington seƱala que la pelĆ­cula fue pensada para reflejar la interacción entre generaciones: ā€œNos interesa la mirada de los jóvenes y cómo perciben el mundo adulto, sus contradicciones y sus lĆ­mites Ć©ticosā€.

En cuanto a los personajes, la elección de no reducirlos a estereotipos añade profundidad. Michel, por ejemplo, no es simplemente un villano, sino un reflejo de su entorno y de la educación que recibió. Los padres, por su parte, muestran las tensiones de una sociedad marcada por privilegios, donde la protección excesiva puede convertirse en una forma de violencia silenciosa. Esta visión compleja permite que el espectador se cuestione no solo las acciones de los personajes, sino también sus propios límites éticos y morales.

Precisamos Falar
Precisamos Falar

ā€œPara mĆ­, la pelĆ­cula es una invitación a reflexionar sobre hasta dónde estamos dispuestos a llegar por nuestros hijos, dónde empieza y termina nuestra rectitudā€, afirma Diniz. Esa pregunta atraviesa todo el filme y resuena mĆ”s allĆ” de las salas de cine: en la vida cotidiana, en los hogares y en la sociedad en general.

Precisamos Falar demuestra que la historia de Koch sigue siendo vigente, pero que en Brasil adopta formas propias. La desigualdad, la sobreprotección de los hijos adultos y la influencia de Internet moldean un relato que se siente cercano, contemporÔneo y perturbador. La adaptación brasileña no solo reinterpreta la novela, sino que también ofrece un espejo incómodo de la sociedad: aquí, los demonios del privilegio y la desigualdad no se esconden tras una cena, sino que se extienden por la casa, la escuela, la política y las redes sociales.

En última instancia, la película plantea una pregunta que no admite respuestas fÔciles: ¿hasta dónde llegaría una familia para proteger lo suyo? Esa interrogante, que en la novela europea se contenía en una cena, en Brasil se multiplica en un entramado social mÔs amplio, mÔs complejo y, sobre todo, mÔs cercano a la realidad del espectador. Precisamos Falar es, sin duda, una de las adaptaciones mÔs valientes y pertinentes de la obra de Herman Koch, capaz de resonar tanto en el cine como en la reflexión ética de quienes la ven.

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Colaborador de EL PERFIL
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Crítico de cine, especializado en cine latinoamericano. Es miembro de la Federación Internacional de la Prensa CinematogrÔfica (FIPRESCI) y de l'Académie des Lumières, de la prensa internacional en Francia.