La llamada Marcha del Orgullo, una de las manifestaciones que invita a toda la comunidad LGBTQ+ a reunirse para desfilar por distintas arterias del Centro de Lima, se realizó el sábado 29 de junio.
Para ello, gran parte del Cercado de Lima, tanto avenidas como calles, fueron cerradas por el cuerpo policial que estaba en el lugar. Algo que no pasó inadvertido fueron los buses decorados con frases como “La diversidad no es una enfermedad”, “Ama con libertad” o “Mírate con orgullo”.
El recorrido partió desde la avenida De La Peruanidad. Continuó por la avenida Guzmán Blanco, Alfonso Ugarte, giró en la avenida Nicolás de Piérola, luego se dirigió avenida Garcilaso de la Vega para ingresar a la avenida 28 de Julio y terminó en el mismo lugar donde empezó, es decir, el Campo de Marte de Jesús María.
El recorrido comenzó a las tres de la tarde y culminó dos horas después, dando pase a la festividad y algarabía que gobernaba en el lugar. Muchos ciudadanos se acercaron a los puestos de maquillaje; hombres, mujeres e incluso familias con niños caminaban y compartían la alegría que se respiraba en la avenida De La Peruanidad.
El Ministerio de Salud no ha entendido la diversidad que existe y la libertad que tiene cada ser humano, ya que permitió que en el Decreto Supremo N.° 009-2024-SA se afirmara que las personas trans sufrían de trastornos mentales. Los asistentes a la marcha saludaron que por fin se haya rectificado dicha lista.
Los asistentes a la marcha afirmaron que el Ministerio de Salud es una “institución no grata” en la comunidad.
Los desafíos de la comunidad LGBTQ+ en el Perú
A pesar de haberse realizado la marcha del Orgullo y la coordinación de los policías para ordenar a la multitud mientras durase el desfile, aún persiste actos de violencia, discriminación y falta de oportunidades laborales para las personas de este colectivo.
Según la Defensorías del Pueblo, en el Informe Defensorial n.º 175, Derechos humanos de las personas LGBTI: Necesidad de una política pública para la igualdad en el Perúpresentado en el Día Internacional de la Visibilidad Trans, se le exige al Poder Ejecutivo y Legislativo contar con una ley de identidad de género que tienes otros países vecinos como Ecuador, Argentina, Colombia, Bolivia, Panamá, Chile, Uruguay y México.
La Defensoría informó además que, el 95.8% de las mujeres trans han sido víctimas de violencia y solo el 5.1% han culminado el nivel educativo secundario. En la oportunidad laboral, el 62.2% se dedica al trabajo sexual debido a la falta de empleo que las orilla a terminar en este tipo de trabajo.
Según la II Encuesta Nacional de Derechos Humanos, realizada el año 2020 por Ipsos a solicitud del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, en el marco de las migraciones, el 71% de las personas que integran el colectivo LGBTQ+ son las más discriminadas en el Perú y el 37% que afirma que, de tener una empresa, no contrataría a una persona trans y el 30% a una persona homosexual.
En el sector de salud, de acuerdo a las cifras de la Estrategia Sanitaria de Control y Prevención de ITS y VIH/Sida del Ministerio de Salud del 20214, en la población bisexual y gay 1 de cada 8 sería afectado por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH). En cambio, en los transexuales 3 de cada 10 son afectados por esta enfermedad. De acuerdo a los datos del Ministerio de Salud, en el caso de las mujeres trans, el 30% a 35% tiene VIH.
La primera marcha
La primera marcha del Orgullo en Lima se realizó hace 19 años, con la participación de más de 1,500 ciudadanos de la comunidad LGBTQ+, según informó el activista Alfredo Caballero a distintos medios de comunicación en su momento.
El antecedente de esta movilización se remonta a julio de 1995 en el parque Kennedy, cuando 26 personas se congregaron para denunciar actos de discriminación mediante pancartas del colectivo organizado Movimiento Homosexual de Lima (MHOL).
Al año siguiente, se reunieron nuevamente, pero esta vez con una mayor cantidad de participantes. Para el 2002, más de mil personas desfilaron, bailaron, sonrieron y defendieron la diversidad en lo que se denominó el “Primer corso Gay”.
Desde entonces, la comunidad LGBTQ+ ha sabido visibilizar y combatir la discriminación y los prejuicios en su contra, tanto por parte de un gran sector de la sociedad como de instituciones del Estado.