Hoy, 3 de julio de 2025, la Iglesia católica conmemora a Santo Tomás, uno de los apóstoles más conocidos por su relación directa con la resurrección de Jesús. Junto con él, se celebran otros santos y beatos de renombre.
Santo Tomás, apóstol y evangelizador, es una figura emblemática en la historia del cristianismo. Su vida transcurrió en el siglo I, en un contexto en el cual el cristianismo estaba en sus primeras etapas de desarrollo. Según las escrituras, Tomás era uno de los doce apóstoles escogidos por Jesús. Su legado, sin embargo, ha sido marcado por un episodio central que refleja la tensión entre la fe y la duda. Después de la crucifixión y resurrección de Jesús, el apóstol no creía en la resurrección hasta que tuvo la oportunidad de comprobarlo por sí mismo. Según el relato del Evangelio de Juan, cuando Jesús se apareció a sus discípulos, Tomás expresó su incredulidad al escuchar que Jesús había resucitado. Sin embargo, cuando fue invitado a tocar las heridas de Jesús, exclamó: "Señor mío y Dios mío", un momento clave que solidificó su fe.
La tradición sostiene que Santo Tomás llevó el mensaje del cristianismo a la India, donde estableció comunidades cristianas y se convirtió en mártir. Es especialmente venerado en el estado de Kerala; allí se le atribuyen numerosas conversiones y la fundación de la Iglesia de Santo Tomás. Su martirio se ha transmitido a través de diferentes relatos, que resaltan su valentía y dedicación en la expansión del cristianismo, a pesar de los peligros que enfrentó.
En esta misma jornada también se honra a la beata María Ana Mogas Fontcuberta, quien fundó el Instituto Franciscano de Hermanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor. Su vida estuvo dedicada a la educación de las niñas y al cuidado de los pobres y enfermos, falleciendo en 1886 en Fuencarral, Madrid, dejando un legado de compasión y servicio.
Otros santos del día
- San Anatolio de Laodicea: Obispo conocido por su labor pastoral y su dedicación a la fe, importante figura en la historia de la iglesia primitiva.
- San Memnón: Reconocido como un mártir y una figura de fortaleza en la fe, su historia es recordada por su valentía ante la persecución.
- Santos Marcos y Muciano de Mesia: Cristianos que se destacan por su compromiso con la evangelización en la región de Mesia.
- San Heliodoro de Altino: Un obispo cuyo liderazgo fue clave para el fortalecimiento de la comunidad cristiana en su área.
- San Anatolio de Constantinopla: Un defensor de la doctrina cristiana en tiempos de controversia, conocido por sus enseñanzas y predicaciones.
- San León II, papa: Un líder en la iglesia que trabajó por la unidad de la fe y la doctrina durante su papado en el siglo VII.
- San Raimundo Gay-rard: Mártir que es recordado por su sacrificio y su dedicación perenne a la fe.
- San José Nguyên Dình Uyên: Un mártir vietnamita que sufrió por su fe durante las persecuciones religiosas.
- San Felipe Phan Van Minh: Reconocido por su defensa del cristianismo y su martirio en Vietnam.
- Santos hermanos Pedro Zhao Mingzhen y Juan Bautista Zhao Mingxi: Mártires que representan el sacrificio de muchos cristianos en Asia.
¿Qué es el santoral?
El santoral católico es un calendario que recoge las festividades de los santos y beatos reconocidos por la Iglesia. Este compendio, incluido en el Martirologio Romano, rinde homenaje a casi 7,000 figuras que han hecho contribuciones significativas a la fe cristiana en diversas épocas y contextos.
¿Por qué se celebra el día del santo?
La celebración del día de un santo tiene como objetivo honrar su vida y legado, así como promover su ejemplo de fe y virtudes entre los fieles. Cada festividad es una oportunidad para reflexionar sobre los principios que estos santos encarnaron y su influencia en la comunidad cristiana.
¿Cómo se convierte alguien en santo?
El proceso de canonización en la Iglesia católica implica un meticuloso examen de la vida del candidato, su virtudes, el reconocimiento de milagros y la verificación de su santidad. El proceso suele incluir etapas como la beatificación, donde el candidato es reconocido como beato, y finalmente, la canonización, que lo declara santo oficialmente.









