Hoy, 20 de agosto, la Iglesia católica conmemora a San Bernardo de Claraval, uno de los religiosos más influyentes de la historia cristiana. Esta jornada es también un momento para recordar a otros santos, como San Samuel, San Máximo de Chinon y San Filiberto de Noirmoutier.
San Bernardo de Claraval, nacido como Bernard de Fontaine alrededor de 1090 en Francia, es conocido como el fundador del monasterio de Clairvaux y un destacado abad de la Orden del Císter. Conocido por su ferviente dedicación a la vida monástica, Bernardo fue clave en la expansión de esta orden por Europa, lo que permitió un renacer religioso en la región y más allá.
Su obra no solo abarcó la vida monástica sino también la promoción de la paz y la unidad entre los pueblos. Se considera que San Bernardo desempeñó un papel significativo en la fundación de las órdenes militares en el siglo XII, incluidas las primeras organizaciones que defendían a los peregrinos que viajaban a Tierra Santa. En particular, su influencia fue notable en la creación de la Orden del Temple, cuyos estatutos redactó y que fue reconocida en el Concilio de Troyes en 1128. Su vida estuvo marcada por múltiples viajes a lo largo de Europa para fomentar la paz y combatir las divisiones, convirtiéndose en un faro de luz para muchos.
San Bernardo falleció en 1153 en las cercanías de Langres, Francia, y su legado perdura en la tradición monástica y en la teología de la Iglesia, donde es venerado como doctor de la Iglesia por sus contribuciones escritas y sus exhortaciones espirituales.
Además de San Bernardo, este día también rinde homenaje a otros santos significativos:
- San Samuel: Profeta y juez de Israel, conocido por ungir a Saúl y luego a David como reyes, su vida está marcada por su fidelidad a la voluntad divina.
- San Máximo de Chinon: Un santo que ha sido inmortalizado por su sacrificio y su fuerte fe dentro de la tradición cristiana.
- San Filiberto de Noirmoutier: Conocido por su devoción y compromiso con la vida monástica, que dejó una huella duradera en los monasterios franceses.
- Santos mártires Leovigildo y Cristóbal de Córdoba: Estos mártires son recordados por su valentía en la fe cristiana frente a la persecución.
- Beato Bernardo Tolomei: Un notable líder espiritual que contribuyó al desarrollo de la vida monástica.
- Beatos Luis Francisco Le Brun y Gervasio Brunel: Ambos son recordados por sus vidas de entrega y servicio a la comunidad cristiana.
- Santa María de Mattias: Fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Caridad, dedicada a la educación y el apoyo a los necesitados.
- Beato Matías Cardona Meseguer: Su legado es una invitación a la perseverancia en la fe.
- Beata María Climent Mateu: Reconocida por su ejemplar vida de servicio comunitario.
- Beato Ladislao Maczkowski: Su modelar espiritualidad resuena en la vida contemporánea.
¿Qué es el santoral?
El santoral es el calendario que agrupa a los santos y beatos reconocidos por la Iglesia católica. En él, se distribuyen en fechas específicas las memorias de estos personajes, que se han distinguido por sus virtudes y su cercanía a lo divino. Este registro es fundamental para la práctica de la fe católica, ya que permite a los creyentes recordar y celebrar las vidas de aquellos que han contribuido a la iglesia a lo largo de la historia.
¿Por qué se celebra el día del santo?
La celebración del día de cada santo se basa en el aniversario de su muerte o en el día en que se trasladaron sus restos a un lugar de veneración. Estas fechas se eligieron debido a la importancia de los santos en la vida espiritual de la comunidad católica, quienes sirven como modelos de vida y ejemplos de virtud. Celebrar estos días permite a los fieles recordar sus enseñanzas y vivencias, así como invocar su intercesión en la oración.
¿Cómo se convierte alguien en santo?
El proceso de canonización, que es la declaración formal de que una persona es un santo, consta de varias etapas. Inicialmente, se investiga la vida y virtudes del candidato, buscando evidencias de su santidad. A continuación, se requiere la certificación de milagros atribuidos a su intercesión. Una vez completados estos pasos y tras un estudio riguroso, el Papa puede declarar a la persona como santo y asignarle un día específico en el santoral.








