Del 5 al 8 de julio de 2025, el Festival de Aviñón se convirtió en el escenario de una joya cultural: L’Amour éternel, una conmovedora obra del Teatro de la Ópera Qian de Guizhou, presentada en La Nouvelle Étincelle como parte de la 8ª edición de la temporada de exposiciones «La China Étincelle».
Esta pieza, perteneciente al género tradicional chino de la ópera Qian, inscrito en el patrimonio cultural inmaterial nacional, cautivó al público con su narrativa universal, su estética deslumbrante y su profunda carga emocional.

La historia, ambientada hace más de un siglo en la región de Sanbao, en la provincia de Guizhou, China, sigue el trágico romance entre Qin Niangmei, una joven de la etnia Dong, y Zhu Lang, su amor de infancia. Su relación, marcada por la pureza y la sinceridad, se ve amenazada por una tradición ancestral que impone un matrimonio arreglado. En un acto de valentía, los amantes rompen una moneda de cobre en dos y huyen hacia «Qibai Guandong» en busca de libertad. Sin embargo, su sueño se ve frustrado por Yin Yi, un rico terrateniente enamorado de Qin Niangmei, quien tiende una trampa mortal a Zhu Lang. Enfrentada a decisiones desgarradoras, Qin Niangmei toma un camino que subraya la fugacidad de la belleza y la eternidad del amor verdadero.
Con más de dos siglos de historia, la ópera Qian brilla en esta producción a través de su riqueza cultural y su capacidad para conectar con audiencias de todo el mundo. La puesta en escena, aunque limitada por el espacio reducido de La Nouvelle Étincelle, aprovecha precisamente esta intimidad para resaltar los detalles de los extraordinarios trajes, cuya confección y colorido reflejan la maestría artesanal de Guizhou. Los rostros de los actores, especialmente los de los personajes secundarios y los villanos, destacan por su expresividad, con una gesticulación característica del estilo chino que, aunque poco común en Europa, resulta fascinante y evoca el dramatismo de las clásicas películas asiáticas.

Los bailes, armoniosos y elegantes, añaden una capa de belleza visual, complementada por una pantalla que, a pesar de algunos problemas de visibilidad, logra sincronizar las traducciones en el momento justo. La narrativa, aunque recuerda a las tragedias románticas universales —con una mujer deseada por el hombre equivocado—, se siente fresca gracias al dinamismo de la ópera Qian, que contrasta con el ritmo más pausado de las óperas europeas tradicionales.
Un detalle que subraya el compromiso cultural de Guizhou es el gesto del gobierno local, que obsequió a los asistentes una bolsa con regalos al inicio de la función, un testimonio de su pasión por el arte y su deseo de compartir su patrimonio. En el marco de «La China Étincelle», que celebra su 13ª participación en Aviñón, L’Amour éternel se presentó junto a otras obras destacadas, como una adaptación en ópera Kunqu de El avaro de Molière, el espectáculo inmersivo La historia de un accidente de FengLu Studio y Me llamo Ah Dun, una propuesta intercultural que fusiona teatro corporal y marionetas.
L’Amour éternel trasciende fronteras con su mensaje universal: «solo el amor verdadero es eterno». A pesar de su breve paso de cuatro días por Aviñón, esta obra dejó una huella imborrable, iluminando el festival con su brillo cultural y recordándonos la fuerza del arte chino para unir corazones más allá de las diferencias.