MADRID, 20 Jul. (EUROPA PRESS) –
El Gobierno panameño ha apuntado a un retraso de “meses” del plan de repatriación y deportaciones en masa de los migrantes llegados desde Colombia a través del peligroso tapón del Darién.
El director de Migración del Gobierno panameño, Roger Mojica, ha explicado que los primeros vuelos podrían despegar dentro de dos o tres meses, con el consentimiento de los migrantes.
El plan se basa en un memorando de entendimiento suscrito entre Panamá y Estados Unidos hace unos 15 días. Sin embargo, para repatriar un migrante, antes se debe contar con su consentimiento. Además, Estados Unidos tampoco parece estar listo para comenzar de inmediato. “Solicitaron un periodo para hacer contrataciones”, ha explicado Mojica, citado por el diario ‘La Estrella de Panamá’.
La mayoría de los migrantes llegan con la intención de alcanzar Estados Unidos, pero muchos se arrepienten tras cruzar la selva del Darién. “Cuando llegan a Bajo Chiquito, el primer poblado después de varios días de caminata en la peligrosa selva de Darién, manifiestan que no hubieran hecho la travesía y piden volver a su país”, ha relatado Mojica.
Otro requisito previo a la repatriación es la coordinación diplomática con el país de destino, lo que también puede retrasar el proceso. “Tenemos una buena práctica con Costa Rica, pero todo depende del proceso”, ha apuntado Mojica.
También queda concretar dónde estarán físicamente los migrantes antes de ser repatriados y quién se hará cargo de los gastos. Mojica cree que debe ser Estados Unidos el que sufrague estos costos, puesto que Panamá ya gasta unos 100 millones de dólares (91,8 millones de euros) anuales.
Este año se han contabilizado 213.702 llegadas, 9.000 menos que el año anterior. En julio fueron 12.632 los migrantes que llegaron por tierra desde la selva del Darién. El flujo depende de las condiciones meteorológicas, de la situación de Venezuela o de la violencia en otros países, como Ecuador.
Mojica ha recordado que se ha instalado una cerca en la selva para controlar cuatro o cinco puntos de entrada que emplea el crimen organizado.
El responsable panameño ha expresado además su “gran preocupación” por las consecuencias ecológicas de los flujos migratorios en la selva de Darién. “Diría que el impacto (…) devastador que sufren los bosques y ríos es impactante. Cada migrante deja cinco libras de basura (2,2 kilos), hacen sus necesidades en ríos, de donde las comunidades indígenas se surten de agua para el consumo humano y de higiene”, ha apuntado Mojica.
“No somos ni el origen ni el destino, sino el tránsito, para esto haremos el llamado a la comunidad internacional para que pongan un granito de arena, el daño ambiental que está sufriendo el bosque del Darién es importante”, ha recalcado.