Tras la elección del cardenal Robert Francis Prevost como Papa León XIV, algunos medios han retomado denuncias por presunto encubrimiento de abusos durante su gestión como obispo de Chiclayo. Sin embargo, tanto fuentes oficiales de la Iglesia como periodistas especializados han desmentido de forma categórica estas versiones, calificándolas como parte de una campaña de desprestigio promovida por sectores vinculados al Sodalicio de Vida Cristiana, secta disuelta por el papa Francisco.
La Diócesis de Chiclayo precisó, mediante un comunicado, que dichas denuncias fueron debidamente investigadas por las autoridades civiles y eclesiásticas. El 3 de abril de 2023, se remitió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe en el Vaticano toda la documentación del caso, y el 10 de agosto del mismo año, el organismo archivó el expediente pro nunc, al constatar la prescripción de los hechos y la falta de pruebas.
En noviembre de 2023, ante la queja pública de una de las denunciantes, el caso fue reabierto en la jurisdicción eclesiástica. No obstante, Ana María Quispe, principal denunciante, se negó a presentarse, aduciendo motivos de seguridad. El expediente fue nuevamente enviado al Vaticano, donde sigue abierto, sin que hasta ahora se haya encontrado evidencia alguna que implique a Prevost en un encubrimiento.
Sin pruebas ni sustento
El comunicado de la diócesis también desmiente las afirmaciones de que el entonces obispo haya protegido a sacerdotes acusados o guardado silencio frente a denuncias. “No corresponde a la verdad lo afirmado por el programa ‘Cuarto Poder’”, se lee en el pronunciamiento.
Pedro Salinas, periodista reconocido por su trabajo de investigación sobre el Sodalicio, declaró a Religión Digital que las acusaciones contra Prevost son “absolutamente falsas”. Según explicó, estas versiones provienen de sectores cercanos al Sodalicio que buscan desacreditar al nuevo Papa debido a su apoyo a las víctimas de abuso y su postura firme frente a la corrupción en la Iglesia.
“Prevost siempre estuvo del lado de las víctimas y fue uno de los obispos que los defendió públicamente frente a los ataques del Sodalicio”, sostuvo Salinas. Añadió que la reaparición de estas denuncias coincide con momentos clave en la carrera de Prevost, como su nombramiento en Roma, lo que reflejaría un intento de frenar las reformas impulsadas por el papa Francisco.
Tanto los documentos oficiales como las investigaciones independientes coinciden en que no existen pruebas ni testimonios que vinculen a Robert Prevost con actos de encubrimiento. Todo apunta a una campaña de desprestigio impulsada por intereses conservadores en represalia por su compromiso con la verdad, la justicia y las víctimas.
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