El centro comercial más grande del Perú sufre, en esta pandemia, uno de sus momentos más difíciles. Vive una situación de crisis espantosa, tanto que los dueños se han visto obligados a ser jaladores, vendedores y muchos de ellos tuvieron que cerrar sus tiendas.
En la cuarentena por la segunda ola del coronavirus han perdido sus puestos de trabajo más de 50 mil comerciantes. Un duro golpe a la economía de miles de familias.
El centro comercial, antes de la cuarentena, generaba 1000 millones de soles en impuestos al Estado, además de 50 millones de soles de impuestos al distrito de La Victoria, dando trabajo directo a 100 mil comerciantes que sustentaban a su familia y 32 mil microempresas formales, sin contar el millón de puestos trabajos indirectos que generaba el mayor centro textil del país.
En Gamarra, hasta diciembre del año pasado, solo el 50 % de las microempresas pudieron salir a flote y la otra mitad, simplemente, quebró, cambió de rubro o no tuvo los 5 mil soles que se necesitaba para garantizar los protocolos de bioseguridad. Se han perdido más de 50 mil puestos de trabajo y el menos del 20 % de empresas están activas en estos momentos.
Entre la queja de muchos microempresarios fue el bono Reactiva Perú que solo benefició a las grandes y medianas empresas, las cuales tienen una liquidez mayor y podrían resistir los estragos de esta pandemia.
La Municipalidad de La Victoria hace su esfuerzo por mejorar las cosas en este centro comercial, ordenando, organizando a los comerciantes; pero no es suficiente.
Hace dos semanas, el gobierno aprobó el Fondo de Apoyo Empresarial La Micro y Pequeña Empresa (FAEMYPE) que dispone 2000 millones de soles para préstamos mediante la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide) o directamente a los bancos.
Uno de los afectados indirectamente por la crisis de Gamarra es el empresario Rodny Espinoza Corcuera, quien dijo a EL PERFIL que la situación afecta al comercio en todo aspecto, no solo por el miedo a la inversión que genera el alza de los precios, sino también porque las personas ya no compran como antes.
"Si aumentamos el precio de mis productos, los clientes ya no me comprarán porque se sale del presupuesto que destinan hacia ese gasto. Eso es con respecto a la prenda, ahora súmale el gasto del delivery que tienen que cubrir. Además, no hay preparación ni capacitación para tener eficacia en el comercio electrónico (ecommers). No solo es inversión de dinero, sino también invertir en capacitarnos", dijo.
En diálogo con este medio, Richard Foroca, presidente de la Sociedad Nacional de PYMES, mencionó que las disposiciones de seguridad, "a veces, no tienen sentido porque te indican que solo puede usar el 20% de aforo de tu establecimiento, pero esta cifra se cubre solo con dos vendedores". "¿Quién, entonces, te va a comprar?", reflexionó.
Foroca señaló también que es necesario que ya no se importe más prendas chinas porque perjudica a la producción nacional. Pidió a las autoridades que tomen medidas para que no ingresen más productos extranjeros a bajos precios. "Esto no ayuda a reactivación de la empresa nacional", sostuvo.
El primero de marzo se levantó la cuarentena en Lima Metropolitana y Gamarra empezó a abrir sus puertas; pero está agonizando y necesita el apoyo de todos los sectores para que vuelva a ser el mismo centro comercial que era el ejemplo de empuje en la economía nacional.