El corresponsal del diario El País de España en el Perú, Renzo Gómez, sostuvo que la libertad de prensa está bajo amenaza en el país y recordó que en el 2022 y el 2023 hubo más 300 ataques de diversos tipos en cada año contra mujeres y hombres de prensa.
Renzo Gómez explicó que el informe anual de la Oficina de Derechos Humanos del Periodista de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú detalla que en el 2023 hubo 352 ataques, que en 2022 hubo 303 agresiones, en el 2020 casi 240 y en el 2007 un poco más de 200.
"En el 2022 y el 2023 hubo mayores agresiones. Dos años consecutivos superaron los 300 ataques a periodistas en el Perú", dijo durante su conferencia Amenazas contra la libertad de prensa realizada en el auditorio de la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Sostuvo que cubrir información en los años mencionados se convirtió en asistir a una especie de linchamiento donde hubo varazos, perdigonazos y piedrones en la cabeza.
Hizo referencia a la bomba lacrimógena que le cayó en la cabeza a Freddy Mamani Paccara de Radio San Isidro de Juliaca (Puno) en enero del 2023 cuando cumplía con su labor de informar.
Recordó también que un proyectil le perforó la pierna al fotoperiodista de la Agencia EFE Aldair Mejía después de que había registrado la detención de un ciudadano cuando cubría las incidencias en los alrededores del aeropuerto de Juliaca de la provincia San Román en Puno.
Pero no solo eso. Dijo que un agente lo empujó y, apuntándole con un arma de fuego, lo amenazó: "Si vuelves a hacer eso te vuelo la cabeza y sales muerto de aquí".

El corresponsal de El País manifestó además que las amenazas contra la prensa también vienen del Congreso, donde "hay quienes quieren hacer más vulnerable la profesión con la intención de elevar las penas asociadas a los delitos de difamación como un crimen, como un asunto penal que es totalmente contrario a los estándares internacionales, así que la situación en Perú es muy preocupante".
Gustavo Gorriti
Indicó que otra forma de ataque a la prensa es lo que le está ocurriendo al periodista de investigación Gustavo Gorriti, quien sufre hostigamiento fiscal. Aclaró que los periodistas sí pueden ser investigados como cualquier ciudadano; pero otra cosa distinta es, dijo, que un fiscal amenace a Gorriti con pedirle su celular porque eso significaría que le estén pidiendo que revele sus fuentes y eso no puede ser.

Renzo Gómez manifestó que "los periodistas pasamos tanto tiempo denunciando los atropellos contra los derechos de los demás que nos olvidamos de nosotros".
"Noto que hay una generación que ya no reportea, que no conoce la dinámica de una redacción. Las redacciones ahora son empresas de la revolución industrial: diez notas diarias, diez volteos, sin haber hablado con nadie y sin haber tenido tiempo suficiente para leer todo acerca de ese tema y plasmar algo decente", indicó.
Manifestó que, actualmente, tanto los periodistas como los medios de comunicación se encuentran deslegitimados y que carecen de credibilidad. Ante esta situación, dijo que el periodista debe realizar un trabajo honesto en cualquier medio en el que labore.
"Es importante decir también que un periodista, un reportero, no es un medio. Si bien algún medio puede escribir o producir notas tendenciosas o notas que no se condicen con los hechos, eso no quiere decir que ese reportero, ese periodista deba pagar por ello. Yo siempre creo que un periodista es, sobre todo, su firma, su nombre. [...] Esa reputación te la llevas a cualquier lugar, la defiendes en cualquier medio, y eso que te costó tanto, también se puede desmoronar de un momento a otro".
Nuevas tecnologías
Renzo Gómez lamentó que quienes manejan los grandes medios no hayan entendido aún cómo se deben manejar las nuevas tecnologías y se estén preocupando más por el clickbait.

"(Los grandes medios) tienen un batallón de redactores que escriben diez notas al día y eso va en contra de la profesión, eso es contra natura, contraproducente. Las redacciones ahora viven una suerte de revolución industrial donde se producen notas en masa, como si se produjeran muebles, y ya no hay ese tiempo para que el periodista pueda aprender y pueda fallar", dijo.
Indicó el periodismo debe tener la pretensión de perdurar. "Eso que tú trabajaste pueda ser revisado años después y nos cuente, mejor que nadie, un pasaje de la historia. Si no tenemos esa pretensión, lo que vamos a producir va a hacer fast-food".