Este 1 de enero de 2024 se celebra la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Esta festividad conmemora la maternidad divina de María, la madre de Jesús.
Además de Santa María, también se celebra la fiesta de otros santos y mártires en este día:
- San Almaquio, mártir en Córdoba (España) en el siglo IX.
- San Claro, obispo de Besançon (Francia) en el siglo IV.
- San Eugendo, abad de Bobbio (Italia) en el siglo VII.
- San Frodoberto, abad de Tours (Francia) en el siglo VIII.
- San Fulgencio, obispo de Ruspe (Túnez) en el siglo VI.
- San Guillermo abad de San Beningno de Dijon, abad de Dijon (Francia) en el siglo XI.
- San José María Tomasi, obispo de Aquino (Italia) en el siglo XVII.
- San Justino obispo, obispo de Neapolis (Grecia) en el siglo II.
- San Odilón de Cluny, abad de Cluny (Francia) en el siglo XI.
- San Vicente María Strambi, obispo de Macerata (Italia) en el siglo XVIII.
- Santa Zdislava, viuda de Silesia (Polonia) en el siglo XIII.
- Beato Hugolino anacoreta, anacoreta en el siglo XIII.
- Beato Juan Lego, sacerdote en Polonia en el siglo XIX.
- Beato Mariano Konopinski, sacerdote en Polonia en el siglo XIX.
- Beato Segismundo Gorazdowski, sacerdote en Polonia en el siglo XIX.
- Beato Valentín Paquay, sacerdote en Bélgica en el siglo XIX.
¿Qué es el santoral?
El santoral es el conjunto de personas veneradas en la Iglesia Católica como santos o beatos en una fecha del calendario determinada. Los santos son personas que han vivido una vida ejemplar de fe y caridad, y que han sido reconocidas como tales por la Iglesia. Los beatos son personas que han dado muestras de santidad, pero que aún no han sido canonizadas.
¿Cómo se convierten los santos?
El proceso de canonización es un proceso largo y complejo que puede durar siglos. El primer paso es la investigación del candidato a santo, para comprobar que su vida fue realmente ejemplar y que murió en estado de gracia. Si la investigación es positiva, el candidato es declarado venerable.
El siguiente paso es la beatificación, que es la declaración oficial de que el candidato es beato. Para ello, se necesita un milagro atribuido a la intercesión del candidato. Si el milagro es reconocido por la Iglesia, el candidato es beatificado.
El último paso es la canonización, que es la declaración oficial de que el candidato es santo. Para ello, se necesitan dos milagros atribuidos a la intercesión del candidato. Si los milagros son reconocidos por la Iglesia, el candidato es canonizado.