Este 10 de enero, la Iglesia Católica conmemora a la Beata María Dolores Rodríguez Sopeña, quien fue una figura destacada por su caridad y compromiso cristiano en Madrid, España. Demostró un profundo amor al prójimo al dedicarse a los más desfavorecidos de la sociedad de su época, centrándose especialmente en los suburbios de las grandes ciudades.
Su labor abarcó la difusión del Evangelio y la asistencia a los pobres y trabajadores en temas sociales. Fundó el Instituto de las Damas Catequistas y la Obra de la Doctrina, iniciativas que buscaban tanto la instrucción religiosa como la atención a los necesitados.
A través de su incansable obra caritativa y evangelizadora, la beata María Dolores Rodríguez Sopeña dejó un legado significativo, sirviendo a los marginados y llevando el mensaje del Evangelio a aquellos que más lo necesitaban.
Además de la Beata María Dolores Rodríguez Sopeña, también se celebra la fiesta de otros santos y mártires en este día:
- San Agatón
- San Arconte
- San Domiciano
- San Gregorio de Nisa
- San Guillermo Abad y Obispo
- San Juan Bueno Obispo
- San Marciano Presbítero
- San Melquíades Papa
- San Pablo Eremita
- San Pedro Urseolo
- San Petronio
- San Valerio
- Beata Ana de los Ángeles Monteagudo
- Beato Benincasa
- Beato Egidio Di Bello
- Beata Francisca de Sales Aviat
- Beato Gonzalo
- Beato Gregorio X Papa
¿Qué es el santoral?
El santoral es el conjunto de personas veneradas en la Iglesia Católica como santos o beatos en una fecha del calendario determinada. Los santos son personas que han vivido una vida ejemplar de fe y caridad, y que han sido reconocidas como tales por la Iglesia. Los beatos son personas que han dado muestras de santidad, pero que aún no han sido canonizadas.
¿Cómo se convierten los santos?
El proceso de canonización es un proceso largo y complejo que puede durar siglos. El primer paso es la investigación del candidato a santo, para comprobar que su vida fue realmente ejemplar y que murió en estado de gracia. Si la investigación es positiva, el candidato es declarado venerable.
El siguiente paso es la beatificación, que es la declaración oficial de que el candidato es beato. Para ello, se necesita un milagro atribuido a la intercesión del candidato. Si el milagro es reconocido por la Iglesia, el candidato es beatificado.
El último paso es la canonización, que es la declaración oficial de que el candidato es santo. Para ello, se necesitan dos milagros atribuidos a la intercesión del candidato. Si los milagros son reconocidos por la Iglesia, el candidato es canonizado.