Este 9 de enero, la Iglesia Católica conmemora a San Eulogio de Córdoba, cuya vida resalta por su firmeza en la fe durante el siglo IX en el contexto de luchas entre el cristianismo y el Islam. Nacido hacia el año 800 en una familia cordobesa, se educó bajo la influencia del clero local y mostró un compromiso inquebrantable con la fe y la tradición patria.
A pesar de intentos fallidos de peregrinación y conexión con sus hermanos en tierras lejanas, regresó a Córdoba con valiosos libros, fundamentales para revitalizar la cultura en El Andalus. Se convirtió en maestro de una escuela que buscaba preservar la religión cristiana y restaurar el orgullo nacional.
El periodo posterior a la muerte de Abd al-Rahman II (850) trajo una intolerancia creciente que desencadenó martirios entre los cristianos. Muchos mostraron una devoción intrépida por su fe, desafiando las restricciones islámicas. Eulogio escribió el “Memorial de los Mártires”, testimonio de estos héroes cristianos, y fue encarcelado en el año 851. A pesar de la prisión, continuó su labor espiritual, consolando y alentando a otros prisioneros.
Su encarcelamiento final se debió a su protección a una joven cristiana, Lucrecia, y su negativa a renunciar a su fe cristiana. Esta firmeza le llevó al martirio el 11 de marzo de 859. Sus restos descansan en la Cámara Santa de Oviedo desde el año 883.
Además de San Eulogio de Córdoba, también se celebra la fiesta de otros santos y mártires en este día:
- Santa Lucrecia de Córdoba
- San Adriano Abad
- Santa Águeda Yi Sosa
- San Eustracio Taumaturgo
- San Felano
- San Honorato de Buzançais
- San Marcelino
- Santa Teresa Kim
- Beato Antonio Fatati
- Beata Julia de la Rena
- Beata María Teresa de Jesús Le Clerc
¿Qué es el santoral?
El santoral es el conjunto de personas veneradas en la Iglesia Católica como santos o beatos en una fecha del calendario determinada. Los santos son personas que han vivido una vida ejemplar de fe y caridad, y que han sido reconocidas como tales por la Iglesia. Los beatos son personas que han dado muestras de santidad, pero que aún no han sido canonizadas.
¿Cómo se convierten los santos?
El proceso de canonización es un proceso largo y complejo que puede durar siglos. El primer paso es la investigación del candidato a santo, para comprobar que su vida fue realmente ejemplar y que murió en estado de gracia. Si la investigación es positiva, el candidato es declarado venerable.
El siguiente paso es la beatificación, que es la declaración oficial de que el candidato es beato. Para ello, se necesita un milagro atribuido a la intercesión del candidato. Si el milagro es reconocido por la Iglesia, el candidato es beatificado.
El último paso es la canonización, que es la declaración oficial de que el candidato es santo. Para ello, se necesitan dos milagros atribuidos a la intercesión del candidato. Si los milagros son reconocidos por la Iglesia, el candidato es canonizado.
