El cortometraje Ajar, dirigido por la cineasta iraní Atefeh Jalali, ha emergido como una de las obras más impactantes del circuito internacional de festivales. Seleccionado para la competencia oficial del Festival de Venecia en 2024, este proyecto hispano-iraní, coproducido por la productora española MonkeyFilmmakers, combina una narrativa poderosa con un mensaje valiente sobre la resiliencia femenina. En el marco del 53º Festival Internacional de Cine de Huesca, Javier, coproductor del cortometraje en MonkeyFilmmakers, compartió en una entrevista los orígenes, desafíos y el impacto de esta obra que trasciende fronteras.
El nacimiento de una colaboración transnacional
La chispa de Ajar surgió de un encuentro entre productores iraníes y MonkeyFilmmakers. “La idea de trabajar con Irán vino de los productores iraníes, pero lo que realmente nos atrapó fue la historia”, explica Javier. “En Monkey, nos apasionan las historias que van más allá del cine, y esta, sin duda, es una de ellas”. La propuesta de coproducir con España fue el punto de partida para un proyecto que, desde el inicio, se alimentó de su narrativa profundamente humana.
Ajar narra la historia de una mujer envuelta en una relación extramarital que se transforma cuando la esposa de su amante es arrestada durante protestas en Irán. Aunque esta última nunca aparece en pantalla, su presencia impulsa a la protagonista a cuestionar su vida y sus decisiones. Inspirado en el movimiento “Mujeres, Vida, Libertad”, surgido tras el asesinato de Mahsa Amini en 2022, el corto aborda temas como la culpa, la solidaridad y la lucha femenina con una sensibilidad que ha resonado en audiencias globales.

Rodar bajo la sombra de la censura
El rodaje en Irán presentó retos significativos. “¿Tuvimos miedo a la censura? Por supuesto, y la hubo”, admite Javier. Las restricciones impuestas por el régimen iraní no solo afectaron la producción, sino también el estreno en el Festival de Venecia, donde Atefeh Jalali no pudo estar presente. El gobierno le prohibió salir del país, bajo la amenaza de no permitirle regresar si lo hacía. “Fue un golpe duro, pero, como decimos en el equipo, ‘malo para la vida, bueno para el cine’”, reflexiona Javier. Esta adversidad amplificó el impacto de Ajar, cuya crítica a las restricciones hacia las mujeres en Irán resonó con fuerza en Venecia.
Con solo 12 minutos de duración, Ajar desafía los estereotipos y exalta la fortaleza femenina. “El corto muestra mujeres que no se definen por sus dificultades, sino por su capacidad de resistencia”, afirmó Jalali en un comunicado. Su mensaje universal y su ejecución impecable han convertido a esta obra en un símbolo de lucha y creatividad.
Un recorrido estelar por festivales
Tras su debut en Venecia, Ajar ha brillado en el circuito de festivales. En el Festival de Málaga, el corto fue recibido con entusiasmo, aunque Jalali nuevamente no pudo asistir debido a las restricciones en Irán. También participó en la Semana de Cine de Medina del Campo, consolidando su presencia en España. Ahora, en Huesca, Ajar celebra su primera selección en la sección oficial. “Estar en el Festival de Huesca es un orgullo inmenso. Es nuestra primera vez aquí, y estamos emocionados”, comparte Javier.
El Festival de Huesca, uno de los más antiguos y prestigiosos en el ámbito del cortometraje, ofrece a Ajar una plataforma para seguir conectando con el público. Su selección no solo destaca la calidad cinematográfica del corto, sino también su capacidad para generar diálogos sobre temas universales como la libertad y la igualdad.
El éxito de Ajar refleja el enfoque distintivo de MonkeyFilmmakers. “No nos limitamos a un formato concreto, ya sea ficción, documental o animación. Lo que nos mueve son las historias que tocan la sensibilidad, que conectan y trascienden”, explica Javier. Esta filosofía ha permitido a la productora destacar en festivales nacionales e internacionales, llevando proyectos como Ajar a audiencias de todo el mundo. “Apostamos por relatos que dejen huella, y Ajar es una prueba de ello. Es una historia que no solo entretiene, sino que inspira y desafía”, añade.

Un legado de resistencia y empatía
Ajar es más que un cortometraje; es un testimonio de resistencia y un homenaje a las mujeres iraníes que luchan por su libertad. A pesar de las barreras impuestas por la censura, la visión de Atefeh Jalali y el compromiso de MonkeyFilmmakers han dado vida a una obra que eleva la conciencia y promueve la empatía. Como expresó Jalali, “Ajar muestra la fuerza de las mujeres que se niegan a ser silenciadas, y eso es universal”.
En Huesca, Ajar no solo compite, sino que también recuerda el poder del cine para amplificar voces marginadas.