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Este artículo es de hace 3 años

Dos días para la hora final

La selección peruana se alista para recibir al cuadro chileno en lo que será el encuentro que terminará por definir el futuro de ambas naciones en las Eliminatorias Qatar 2022.
Mauricio Guevara

Mientras los días se acortan el aroma a guerra aumenta en el Estadio Nacional. La Selección Peruana recibe uno a uno a sus jugadores que militan en el extranjero, mientras el elenco chileno aumenta las bajas en su prodigiosa lista. El pitido inicial resonará el jueves 7 a las 8 de la noche y, después de casi cuatro años, el “Clásico del Pacífico” contará con una afición correspondiente a este tipo de encuentros.

Sin opciones y sin milagros, los dirigidos por Gareca se preparan para enfrascarse en un encuentro de vida o muerte contra la selección “mapuche”, la cual llega necesitada de pescar puntos en su red, luego de haber sufrido un diluvio de empates y pérdidas. Sin embargo, al mal tiempo chileno también se le suman bajas importantes como las de Arturo Vidal, Eugenio Mena y Eduardo Vargas, este último actual goleador del clásico entre naciones.

Lamentablemente la “blanquirroja” tampoco se libra de las desgracias ya que el batallón también está tocado: André Carrillo, Gabriel Costa, y en las últimas horas: Renato Tapia, Anderson Santamaría y Yordy Reyna, forman el pequeño grupo que deja en un albur su presencia inicial. De agravarse las diferentes situaciones físicas “El Tigre” podría dar una convocatoria de emergencia o confiar en el resto de sus 30 jugadores de la lista.

Pero, aunque estas lesiones suelen ser los heraldos de la muerte en cada selección, en el caso peruano dan fe de algo muy prometedor, los jugadores en el extranjero se mantienen en un ritmo competitivo y, a diferencia de ocasiones pasadas ya no están solo para calentar el banco o completar la plantilla. Incluso este podría ser el mejor momento futbolístico, de manera individual, en los seleccionados nacionales.

Todo se alinea para que este “Clásico del Pacifico” quede enmarcado en la historia: bajas importantes, necesidad de puntos y una afición que añejó el grito de gloria por mucho tiempo. Quizá sea hora de sacarse la espina del Chile-Perú en Santiago, aquel que nos dejó fuera de Francia 98, pero que más que quitarnos un boleto de avión nos dejó un amargo recuerdo y una pésima experiencia. Y aunque la ley del “ojo por ojo” es tentadora, la mejor vendetta será enseñar lo que es una verdadera hinchada.

La cita está hecha, el jueves 7 es la fecha enmarcada en el calendario y el ruidoso trafico de Lima tiene altas probabilidades de ser silenciado por coros y arengas. La “blanquirroja” vivirá el verdadero reto de las Eliminatorias, y la que será su primera final de aquí en adelante para llegar a Qatar. Ya no hay permiso para un empate y la idea de perder está a un paso de significar traición a la patria. No tenemos opciones, solo presión, pero en los momentos agobiantes es donde se forjan los verdaderos guerreros.

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