En conformidad a las proyecciones realizadas por todas las encuestas, la ciudadanía de Chile decidió rechazar, en el acto eleccionario más masivo de toda su historia, la propuesta constitucional emanada de la Convención Constituyente, por lo que continuará vigente la actual carta fundamental redactada en dictadura y reformada por última vez en 2005 por el ex presidente Ricardo Lagos Escobar. Con el 95,87% de las mesas escrutadas, el Rechazo se imponía con una aplastante ventaja de más de veinte puntos: 61,92% por sobre el 38,8% del Apruebo.
No resuelta la cuestión constitucional, y aun cuando el presidente Gabriel Boric ya invitó a La Moneda a los dirigentes de los partidos con representación parlamentaria para convocar a un nuevo proceso constituyente, la llave ahora queda ahora en manos de la oposición, que es la que en definitiva puede acoger el llamado (o, en su defecto, rechazarlo) y suscribir un gran acuerdo político que establezca los mecanismos orientados a definir la continuidad del proceso.
El comando del Apruebo asumió la derrota con el tercer cómputo oficial del Servicio Electoral de Chile (Servel), cuando se informaba del conteo en el 6,4% de las mesas escrutadas, momento en que la ventaja del Rechazo se afianzó como tendencia al obtener el 62,96% de las preferencias, por sobre el 37,04% de los votos. Valorando lo ejemplar de la jornada, claramente exultante por lo holgada de la victoria, la senadora de Democracia Cristiana —un partido clave de la Concertación de centroizquierda— Ximena Rincón, llamó a continuar la conversación constituyente en un nuevo proceso que, a su juicio, debería ser “breve y austero”, uno que “deje las trincheras en el pasado, sin cálculos y sin pensar en las próximas elecciones, sino pensando en el país”, declaró.
“Debemos rescatar aquellos aspectos fundamentales de lo ya avanzado. El Estado Social y Democrático de Derecho, la protección de nuestro medio ambiente, la paridad, el fortalecimiento de las regiones”, enumeró la parlamentaria, líder de la centroizquierda por el Rechazo. Asimismo, Rincón instó al presidente Gabriel Boric a convocar a una nueva Convención y “no perder el tiempo, a no esperar el texto de la futura convención” para avanzar en temas que angustian a la población, como las pensiones, la salud y la seguridad pública.
La algarabía en Amarillos por Chile, un movimiento en contra de la propuesta constitucional, era total. Su líder Cristián Warnken llamó a “recibir con los brazos abiertos a todos los chilenos, a nuestros compañeros del Apruebo los recibimos con los brazos abiertos”, agregando que este domingo perdió “el fanatismo, el espíritu refundacional y la intransigencia”. Warnken cerró su breve discurso agradeciendo la sabiduría del pueblo chileno y haciendo un claro llamado a quienes integran el poder constituido. “Ahora la clase política debe estar a la altura de lo que el pueblo de Chile está diciendo”, concluyó.
En el derechista Chile Vamos el regocijo no era menor. La presidenta de Evopoli, Luz Poblete, destacó el hecho de que haya ganado “el sentido común, la sensatez, la unidad de Chile”. Poblete señaló que el ánimo en el sector “no es de celebración”, y que la celebración “la haremos cuando logremos cerrar este ciclo y este proceso. (Quiero) agradecer a los exconstituyente (de Chile Vamos) que se la jugaron por Chile durante todo este año, un Chile que quiere paz, no revanchismo ni odio”.
El timonel del partido conservador liberal Renovación Nacional, el senador Francisco Chahuán, anunció que su sector ya está trabajando en continuar el proceso. En esa línea destacó que existe un “compromiso con una nueva y buena Constitución. El proceso constituyente no ha terminado y vamos a cumplir la palabra empeñada. No queremos un Estado debilitado para combatir al narcotráfico y al terrorismo en la zona sur”. Asimismo señaló que el pueblo de Chile quiere ser “una sola gran nación”, no una donde existan “sistemas judiciales diferenciados”.
El presidente de la derechista Unión Demócrata Independiente, el senador Javier Macaya, fue enfático en aclarar que este “no es el triunfo de Chile Vamos, sino que de los trabajadores chilenos”. “Salimos de la lógica de una elección tradicional. Sí hay un triunfo de la ciudadanía que rechazó la refundación del país”, al tiempo que aplaudió la acción de los convencionales de Chile Vamos, quienes fueron “capaces de visibilizar lo mal que le hacía esta propuesta a Chile”, al tiempo que criticó la “validación de la violencia para conseguir objetivos políticos” por parte de algunos sectores que estaban detrás de la opción Apruebo. “No se puede disociar al Gobierno de esta derrota”, señaló, al tiempo que refrendó su compromiso con la redacción de un nuevo texto constitucional. “Cumplimos nuestros compromisos”, señaló.
En el comando del Apruebo todo era congoja y pesadumbre. La exconvencional Bárbara Sepúlveda le quiso restar dramatismo al resultado. “Tarde o temprano la decisión democrática del pueblo se va a manifestar”, al tiempo que valoró que el texto “puso en piso mínimo en democracia y en igualdades, especialmente para las mujeres y para las grandes mayorías de este país”.
La senadora Fabiola Campillai, en tanto, lamentó la derrota recordando a “todas las vidas que ser fueron en dictadura, en todos los detenidos desparecidos, en todas las víctimas de la dictadura de Piñera”.
El vocero del comando del Apruebo, el diputado Vlado Mirosevic, se dirigió a los presentes con un discurso breve: “Aceptamos con unidad el resultado, como país merecemos tener una nueva Constitución que tenga el sentir mayoritario del pueblo de Chile”.
Boric tras el rechazo
El presidente Gabriel Boric realizó una cadena nacional desde La Moneda en la que convocó a todos los partidos políticos con representación en el Congreso para “acordar plazos y bordes” a fin de continuar el proceso constituyente y, además, confirmó que hará ajustes a su gabinete.