Un apagón masivo dejó sin suministro eléctrico este lunes a millones de personas en España, Portugal y el sur de Francia, provocando el colapso de servicios esenciales y generando caos en el transporte, las comunicaciones y la vida cotidiana de las principales ciudades de la península ibérica.
El incidente, considerado el mayor corte eléctrico en la historia reciente de la región, se inició poco después de las 12:30 horas en Madrid y afectó simultáneamente a Lisboa y otras zonas urbanas, paralizando trenes, metros, semáforos, aeropuertos y sistemas de pago electrónico.

La caída abrupta del suministro eléctrico obligó a la suspensión de eventos deportivos, como la jornada del Mutua Madrid Open, y a la evacuación de miles de pasajeros en trenes y estaciones. El operador ferroviario español Renfe informó que entre 30.000 y 35.000 personas fueron desalojadas de trenes varados en las vías, mientras que el gestor de infraestructuras Adif suspendió todos los servicios ferroviarios hasta nuevo aviso.
El metro de Madrid y los principales sistemas de transporte público también quedaron fuera de servicio, y se reportaron importantes atascos y accidentes por la falta de semáforos en funcionamiento.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, presidió una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional y se desplazó al centro de control de Red Eléctrica para seguir la evolución del apagón. Sánchez pidió a la ciudadanía “responsabilidad y civismo” y recomendó evitar desplazamientos no esenciales.

Por su parte, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, declaró el estado de emergencia en varias comunidades autónomas, mientras que la policía y la Guardia Civil desplegaron refuerzos para garantizar la seguridad en las calles.
En Portugal, el primer ministro Luís Montenegro señaló que el origen del apagón no estuvo en su país, sino en la interconexión eléctrica con España, e indicó que la crisis se gestionó desde una célula especial de emergencia y que la expectativa era restablecer el suministro durante la jornada.
La empresa operadora REN atribuyó el corte a un “fenómeno atmosférico inusual”, relacionado con oscilaciones anómalas en las líneas de muy alta tensión, provocadas por bruscas variaciones de temperatura en el interior peninsular.

Eduardo Prieto, director de Servicios a la Operación de Red Eléctrica en España, explicó que la desconexión de la red europea a la altura de Francia generó un desequilibrio crítico en el sistema ibérico, lo que obligó a aislar la red para proteger la infraestructura. Esta medida, aunque dejó sin suministro a ciudades enteras y paralizó servicios básicos, evitó daños mayores al sistema eléctrico.
Las autoridades españolas y portuguesas, junto con la Comisión Europea, investigan el origen del apagón y no descartan ninguna hipótesis. El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) analizan la posibilidad de un ciberataque, aunque hasta el momento no existen pruebas concluyentes de una intrusión informática.

La recuperación del suministro eléctrico avanzó de forma gradual a lo largo del día. Red Eléctrica informó que al final de la tarde se había restablecido más del 60% de la demanda en España, especialmente en regiones del norte y sur peninsular. En Portugal, la luz regresó a Lisboa tras nueve horas de apagón, y la normalización completa de la red podría tardar hasta una semana, según la empresa REN.
El impacto del apagón se sintió en hospitales, donde los generadores de emergencia permitieron mantener los servicios básicos, y en las telecomunicaciones, con interrupciones en la conectividad y recomendaciones de uso responsable de los dispositivos móviles. El tráfico aéreo también sufrió retrasos y cancelaciones, y se suspendieron actividades educativas y sanitarias programadas en varias comunidades autónomas.