El dueño del Banco de Crédito, Dionisio Romero Paoletti, declaró, ante el fiscal José Domingo Pérez Gómez, que Keiko Fujimori recibió personalmente (no recuerda si todo o una parte) los 3 millones 650 mil dólares que él entregó en armadas y en efectivo en seis o siete reuniones clandestinas en casa del exministro alanista Martín Pérez.
Dionisio Romero Paoletti, antes de ir a las seis o siete reuniones ocultas, retiraba el dinero de la caja fuerte instalada en su oficina, y, según su versión, lo hacía por iniciativa personal porque creía que Keiko Fujimori con esa plata podría ganarle a Ollanta Humala en la segunda vuelta de las elecciones del 2011.

Romero Paoletti jura que invirtió ese dinero para proteger a sus empresas ante una amenaza chavista. Perdió su candidata antichavista y curiosamente sus empresas, en el gobierno del supuestamente chavista Ollanta Humala, no se vieron en peligro, sino todo lo contrario. Esto quiere decir que Dionisio Romero Paoletti no sabe invertir y tampoco sabe analizar bien el contexto político de país. Así estamos.
Lo gravísimo de la situación es que Keiko ni Jaime Yoshiyama ni nadie bancarizó ese dinero. Tampoco nadie registró el billete ante la ONPE. Es seguro que todo lo que ingresó no se ha gastado en la campaña de Keiko y así podemos entender que el huelguista Mark Vito puede vivir holgadamente.

El dinerazo del Banco de Crédito, el millón de dólares Odebrecht, los 2 millones de dólares de la Confiep. Falta, por ejemplo, saber cuánto dinero puso el cobrador de combi juvenil Joaquín Ramírez. Según IDL-Reporteros, Vito Rodríguez, del Grupo Gloria, reconoció al Equipo Especial Lava Jato que dio un aporte de 200 mil dólares en efectivo a Keiko para la campaña presidencial de 2016.
Para esa misma campaña, Dionisio Romero Jr. entregó 650 mil dólares a Keiko y a PPK.

Francisco Durand, autor del libro "Los doce apóstoles de la economía peruana", dijo que "la financiación electoral es el inicio de la captura del Estado y la corrupción".
Otros hablan ya de soborno adelantado. Te financio tu campaña, pero luego tú me ayudas cuando eres gobierno.
"Es una especie de coima encubierta o coima con una contraprestación a futuro", sostuvo el abogado Juan Carlos Ramos Cueva.
El jurista Guillermo Olivera Díaz manifestó: "Los bancos no donan de modo subrepticio, ni están constituidos para regalar dinero en forma ajena a su objeto social. Pero hubo entrega. Que sea Keiko misma quien lo recibía prueba su habitualidad con el propósito de esconder los hechos".
Lucía Alvites reflexionó: "Si Dionisio Romero quiere que gane Keiko y su partido mafioso, que haga campaña, que postule en sus listas, que dé la cara. Que no dé nuestra plata sin permiso. La entrega es una forma de soborno porque con esa plata asegura que se gobierne para sus intereses".

Sinesio López fue contundente: "Esa donación es una forma encubierta de soborno. Es un negocio. Invierte para ganar y capturar el Estado. No hay lonche gratis. Ya la bancada fujimorista ha venido pagando con diversos proyectos de ley que favorecen a Romero. El último es la oposición a los octágonos, como ha señalado Pedro Francke".
Julio Arbizu dijo que podría ser un soborno, puesto que Keiko era congresista y desde ahí estaba en condiciones de favorecer al grupo Romero en distintos temas. Recomendó: "Por eso, es importante saber cómo votaron los congresistas fujimoristas en ese periodo, pues a través de la labor legislativa pudieron haber priorizado esos intereses privados en desmedro del bien público".
Verónika Mendoza lanzó una pregunta y se respondió a sí misma: "¿Alguien les cree que estaban preocupados por el país? ¡Ja, por favor!, solo querían mantener sus exoneraciones tributarias, sus lobistas a sueldo en el Estado y otras prebendas".
Dionisio Romero Paoletti no es iniciador de nada. Su padre también repartía dinero a los políticos en tiempos de elecciones.