Un día después del anuncio de la inversión multimillonaria norteamericana nada menos que en Inteligencia artificial, China puso al servicio de los usuarios el sistema que muestra un potente adelanto de la IA en acción.
La conmoción que suscitó y sus repercusiones pivotan la sociedad actual en el campo más innovador de la tecnología digital, y sus repercusiones van en todas direcciones desde la física hasta las neurociencias.
Vivimos un mundo acelerado en todos los campos como lo muestra Melanie Mitchell quien nos ofrece un libro excepcional en muchos sentidos que el lector atento juzgará acorde con sus proyectos, vocación y actividad diaria.
Al final de cuentas para eso sirve un buen libro: para orientar a los iniciados, para marcar un derrotero creativo, para darle sentido al trabajo y alentar el modo de vida más humano posible. Eso es lo que significa el provocador título: Inteligencia artificial, guía para seres pensantes (Capitán Swing, 2024).
Ocupa un lugar central la historia de la ciencia y la tecnología como lo atestigua la Filosofía de la historia de la Inteligencia Artificial de Margaret Boden que tiene 25 años circulando. Por coincidencia otra mujer excepcional y en un mundo por demás competitivo.
El libro de Mitchell está conformado por un estupendo prólogo y cinco partes: I. Antecedentes, II. Mirar y ver III. Aprendamos a Jugar, IV. La Barrera del significado. Comienza con una referencia a los creadores como Alan Turing, John von Neumann, Marvin Minsky, McCarthy, Allen Newell, Herbert Simon, etc. Hace una revisión de las dificultades conceptuales, el aspecto simbólico y las redes neuronales para desembocar en la ingeniería neuronal.
Un problema que desde los años 50 del siglo pasado ha preocupado es la manera de tratar los datos visuales donde el reconocimiento de objetos es crucial, acompañado del dominio de las redes neuronales profundas y convencionales que se inicia con distingos simples como por ejemplo entre perro y gato. A partir de aquí la cuestión de cómo las máquinas aprenden.
Diseños y prototipos que requieren grandes volúmenes de datos y este es un punto clave que en su camino ha enfrentado el sentido común que caracteriza a los humanos y es en donde se desenvuelve la autonomía. De allí a describir cómo se han hecho las cosas, es decir explicar, hay un gran salto.
Se ha dedicado como una aproximación adecuada a los juegos y entrenar a los perros robot como la utilización de las estrategias de recompensa. En el campo de los juegos se ha tenido éxitos como el abordar aquellos en que las máquinas ganan a los humanos. No hemos referido antes en oro artículo a la derrota del campeón mundial de Ajedrez Garry Kasparov e 1997 y el capeón mundial de Go el sudcoreano Lee Sedol en 2016 en un juego “incomparablemente más sutil e intelectual” el que ha marcado hitos y a la vez ganancias millonarias a la compañía IBM. Pero no todo acaba aquí, luego de este este tramo continúa el camino de la IA.
Es que hay mucho más allá de los juegos y son los problemas del mundo real como la sanidad y los intrincados problemas sociales que viene después de la plataforma de los juegos. Están cerca “la abstracción, la generalización a otros terrenos o aprendizaje por transferencia”. Un nuevo avance.
Puede considerarse una nueva etapa crucial el ingreso a la IA del lenguaje natural. El gran problema de los implícitos y sutilezas cuya comprensión es uno de sus retos más difíciles. Todas las intrincadas redes del reconocimiento de voz sin saber todavía qué significa, con lo que nuevamente ingresamos a las redes neuronales diferentes. Codifica palabras como números y la traducción automática. Desde que Google en 2016 ingresó a un nuevo sistema de “traducción automática neuronal” hasta la fecha. La comprensión espera.
Una barreara a superar es sin duda la comprensión que conlleva el significado. Incluye las cosas que aprendemos desde niño como son las cosas y la predicción de lo que ocurrirá. Así los procesos de abstracción y la analogía. La reflexión sobre el propio conocimiento denominado metacognición. Los límites de la creatividad están aún más lejanos para poder formular preguntas cada vez más fecundas. Y para finalizar con prisa ¿cuántas de nuestras universidades cultivan las asignaturas que implican estos conocimientos y tareas?