Hace muchos años, un accidente de tránsito golpeó duramente la salud de Luis Castañeda. Cuando creía que se recuperaba siempre caída en el drama de los estragos de su accidente. Cuando era alcalde, se notaba de lejos que algo andaba mal.
De un paro cardiaco, Luis Castañeda ha fallecido a las 5:30 de la mañana de este miércoles en el Hospital Edgardo Rebagliati de Jesús María, donde estaba internado por una grave complicación en la cadera.
Castañeda era de esos políticos extraños que no pueden expresarse con fluidez en público, pero que en privado son la voz cantante del autoritarismo. En esto se parecía a Luciana León.
Castañeda creía que lo merecía todo. Desde los tiempos cuando trató de ordenar EsSalud ya soñaba con la banda presidencial. Estaba seguro de que iba a ser elegido. Postuló a la presidencia de la república en el 2000 en tiempos del fujimorato y quedó en el quinto lugar por culpa de lodo de Montesinos que dejó atrás a varios. En aquel tiempo, al que no le llegó la guerra sucia de Fujimori y Montesinos en las elecciones, fue presidente: Alejandro Toledo.
Después, Luis Castañeda dejó a Lima sin un gran alcalde que era Andrade. Le ganó a pura fuerza frente a los vecinos de Huaycán. Fue burgomaestre en dos periodos consecutivos, entre el 2003 y 2010 con gran aceptación. En este año renunció para postular a la presidencia en 2011 y fracasó otra vez. Después le hizo una campaña de desprestigio descomunal a la exalcaldesa Villarán y volvió a ser elegido alcalde en el 2014.
Castañeda miraba a los conos para ganar votos. Quedarán en la memoria de la gente sus largas escaleras de cemento en los cerros olvidados, las piscinas en los parques zonales de barrios jóvenes, los campamentos de los hospitales de la solidaridad y el sol de su partido Solidaridad Nacional que ahora es Renovación Popular. También quedará en la memoria de la gente su silencio ante graves de denuncias por corrupción.