El flamante presidente de la república, Pedro Castillo, después de recibir la banda presidencial, juró ante el Congreso por una nueva Constitución y en la última parte de su primer discurso como mandatario del bicentenario explicó el proceso de cómo serían los pasos para dejar atrás la Carta Magna surgida luego del golpe perpetrado por Montesinos y Fujimori el 5 de abril de 1992.
Castillo sostuvo que el cambio de la Constitución es una de sus principales promesas electorales y que la cumplirá respetando las leyes actuales, y que será una decisión de los ciudadanos a fin de recuperar nuestros recursos naturales y no para quedarse más tiempo en el poder.
Antes de explicar el proceso del cambio de la Constitución, Castillo dijo que su gobierno no expropiará las propiedades a nadie, sino que luchará contra los monopolios y el abuso de las grandes empresas; que su gobierno generará un millón de empleos en un año; construirá hospitales en las regiones; incrementará el presupuesto al sector educación; saldará la deuda del Estado con los profesores; reforzará la vacunación; construirá el Tren Inca de Cajamarca a Puno y el Tren Grau de Tumbes a Tacna; regulará la publicidad estatal; luchará contra el cáncer de la corrupción para que haya hambre cero y otras promesas presidenciales.
Admitió que la actual Constitución no contempla la figura de una Asamblea Constituyente, ni la elaboración de una nueva Constitución; sin embargo, dijo, hay un mecanismo para lograrlo siguiendo un proceso sin salir de la ley. “Tengan la seguridad de que nunca se hará tabla rasa de la legalidad, sin duda para lograr este propósito tendremos que conciliar posiciones con el Congreso de la República, pues será aquí, en la casa de las leyes donde se tendrán que aprobar las normas correspondientes”, afirmó.
Castillo indicó que busca el cambio de la Constitución porque muchas de las disposiciones vigentes “solo benefician a las grandes corporaciones para que puedan llevarse nuestra riqueza a raudales” y dijo que el Estado debe tener libertad para promocionar, para vigilar y regular de acuerdo con el interés de las mayorías.
Precisó que la Constitución menciona la posibilidad de una reforma parcial o total realizada por el Congreso. “¿Quiere decir que el pueblo peruano está condenado a seguir prisionero de esa Constitución por el resto de sus días, a pesar de que la mayoría que votó en las recientes elecciones, y que hoy tienen menos de 46 años no participaron políticamente en la aprobación de dicha Constitución?” La respuesta, sin duda, es que no”, apuntó.
Castillo explicó que el poder constituyente originario emana del pueblo y no de los gobernantes ni de las autoridades y recordó que el Tribunal Constitucional señaló que este poder debe ser ejercido exclusivamente por el pueblo, mediante un referéndum constituyente.
“Es por ello, dijo Castillo, anuncio que presentaremos ante el Congreso, respetando escrupulosamente el procedimiento de reforma constitucional previsto en el artículo 206, un proyecto de ley para reformarla, y que, tras ser analizado y debatido por el Parlamento, esperamos que pueda ser aprobado y luego sometido a ratificación en referéndum popular”, afirmó.
El mandatario sostuvo que el Poder Ejecutivo debe concentrase en gobernar y el Congreso a legislar y ejercer el control político al gobierno, mientras que la Asamblea Constituyente tendrá que dedicarse exclusivamente a elaborar la Constitución.
Indicó que la Asamblea Constituyente del bicentenario debe ser plurinacional, popular y con paridad de género, y debe incluir a candidatos propuestos por las organizaciones políticas inscritas, candidatos provenientes de los pueblos originarios e independientes provenientes de los gremios y organizaciones populares.