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Este artículo es de hace 4 años

La ruta de Castillo

No dejarse ayudar por Verónika es un grave error, porque ella quiere también un país distinto como Castillo y por esto lucha desde sus tiempos juveniles. Castillo debe pasar a la historia como el representante del pueblo que unió a todas las fuerzas de la izquierda y convocó también a los patriotas del centro y de la derecha para trabajar por un país grande.
Paco Moreno
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Paco Moreno
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Director periodístico de EL PERFIL
Nació en la provincia ayacuchana de Cangallo, el 7 del 7 del 77. Llegó a Lima antes de cumplir los siete años. Estudió Comunicación Social en...

Lo peor que le puede pasar al profesor Castillo es seguir los pasos de Humala o Toledo. Humala y Toledo creyeron que ellos solos habían ganado las elecciones y se vendieron y se arrodillaron al poder y traicionaron a sus electores. Ahora se les recuerda como traidores. Con los años, no significarán nada para la historia de este país de infortunios.

Castillo le ha ganado a una presunta lideresa de una organización criminal que tiene todo el apoyo de los ofidios de la prensa, los lavadores de activos, los cuellos blancos de la corrupción, los matones de todos los colores, los narcos e incluso del mentiroso Vargas Llosa y sus lagartijas. Le ha ganado y esto es su gran mérito. Nadie lo discute. Todos le aplauden. Pero no lo ha logrado solo.

Castillo tiene que entender que el triunfo no es suyo solamente, que él representa un movimiento que exige cambios profundos. Un movimiento cada vez más fuerte.  Él es solo parte del proceso. Solo tiene cinco años, apenas cinco, para dejarle un mejor país, un Perú encaminado al futuro presidente o presidenta.

Castillo tiene la responsabilidad histórica de no traicionar o traicionarse. Los que lo eligieron lo entenderán aún si comete errores, si es que él no se traiciona. No debe dudar.

No dejarse ayudar por Verónika es un grave error, porque ella quiere también un país distinto como Castillo y por esto lucha desde sus tiempos juveniles.

Verónika, después de apenas horas del conteo rápido del 6 de junio, estaba dispuesta a trabajar con Castillo a fondo. Ayudó mucho, organizó, pidió a sus compañeros que apoyaran sin prensa ni reflectores. Se la jugó, como muchos que creen y luchan por un país justo y democrático. Pero a estas alturas del partido, Castillo duda. Ya no se nota que Verónika esté ayudando. En todo caso, es la impresión de este articulista. Creo que Castillo debe trabajar con Verónika. Lo creo sinceramente.

Castillo debe pasar a la historia como el representante del pueblo que unió a todas las fuerzas de la izquierda y convocó también a los patriotas del centro y de la derecha para trabajar por un país grande.

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Director periodístico de EL PERFIL
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Nació en la provincia ayacuchana de Cangallo, el 7 del 7 del 77. Llegó a Lima antes de cumplir los siete años. Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde tuvo como maestros a César Lévano, Juan Gargurevich, Manuel Jesús Orbegozo, Óscar Pacheco, Julio Estremadoyro, Ricardo Falla, Sonia Luz Carrillo, Carlos Eduardo Zavaleta, Zenón Depaz, Aurora Bravo y otros grandes docentes. Ha publicado dos libros de periodismo literario, Gente como uno (2011) y Rebelde sin pausa (2016); uno de cuentos, El otro amor de mamá (2012); y una novela, El jinete en la hora cero (2021).
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