En la encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) de octubre Keiko Fujimori aparece con 8% de intención de voto. En la encuesta de diciembre de la misma empresa, Keiko bajó a 7.7% y como no hizo nada notorio en estas semanas, cualquiera puede decir que seguirá bajando.
Pero esto ocurre en la encuesta del IEP. En cambio, en Ipsos sale muy bien parada, impecable. En diciembre tenía 7% y ahora tiene 8% y se ubica en el segundo lugar, nada menos. En IEP baja y en Ipsos sube. Esto no es normal. Bueno, lo cierto es que Keiko sale muy bien en Ipsos, tanto como en Cuarto Poder.
Keiko es ahora toda una candidata respetadísima, ella quien a sus 19 años se convirtió en la primera dama de la dictadura de su padre Alberto Fujimori y de su tío Vladimiro Montesinos.
Keiko no ha cambiado y esto le encanta a la Confiep, que seguramente apostará por quien sea capaz de defender la Constitución fujimorista a toda costa. Forsay y el Morado son débiles en todos los sentidos; pero ella no, por esto es la indicada. En estos tiempos, el tema de las elecciones es, para los que tienen la sartén por el mango, la defensa de la Constitución que hizo la dictadura.
En Cuarto Poder, Keiko dijo que si la eligen este 11 de abril indultará a su padre condenado por los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos. Esto quiere decir: vengan conmigo, albertistas, hay que unirnos otra vez, que podemos repetir lo que hicimos en el 2016.
“Mi padre y yo nos hemos perdonado, porque es verdad que hubo un distanciamiento político. Yo he tenido discrepancias con él a lo largo de mi vida en varias oportunidades, pero de ninguna manera fue un distanciamiento familiar”, dijo Keiko. Keiko se ha dado cuenta que su capital político es la defensa de la Constitución. Irá por ese lado. Será la representación más clara de la verdadera derecha peruana. Sería muy interesante un debate entre Keiko Fujimori y Verónika Mendoza en estos días. Hernando de Soto puede alistarle los apuntes a Keiko