Ya no se destruyen pistas de aterrizaje "clandestinas" (todos sabĆan dónde estaban) y la interdicción terrestre de narcoavionetas bolivianas que se desplazaron del Vraem a Ucayali, Loreto, Cusco, a la sierra de Ayacucho e, incluso, a La Libertad. El puente aĆ©reo PerĆŗ-Bolivia-Brasil continĆŗa. Y, como cereza que corona la torta, el satĆ©lite que compro Humala no sirve.