No hace mucho que en nuestro país era común que los escolares lleven asignaturas que hoy ya no existen en el currículo nacional. El curso de filosofía era uno de ellos. La educación básica de aquellos tiempos era repetitiva, mecánica y memorística. Esa situación podría haber cambiado de la mano de reformas educativas, movimientos ciudadanos y voluntad política. Sin embargo, en vez de abordar el problema educativo desde su raíz, progresivamente cursos fundamentales como la filosofía fueron extirpados de los colegios hasta no dejar ni un vestigio de su existencia. Ha pasado más de 20 años y el escenario educativo de los colegios podría estar por cambiar gracias a la iniciativa de estudiantes, docentes y algunos sectores de la sociedad que emprenden la descomunal tarea de luchar por el regreso de la filosofía a los centros educativos.
Durante el último mes del 2021, estudiantes de filosofía organizados y dirigidos por el Centro de Estudiantes de Filosofía (CEF) de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) iniciaron diversas actividades académicas y jornadas de protesta exigiendo el regreso del curso de filosofía a la educación básica regular. Las medidas emprendidas tuvieron mucha acogida en la comunidad filosófica e impulsó la construcción de un espacio de mayor organización denominado “Comité de Lucha por el Regreso de la Filosofía a los Colegios”.
Este espacio se encuentra conformado por el ya mencionado CEF, el Centro Federado de Educación (CFE) y la Asociación de Egresados de Filosofía (AEF). Sus miembros han logrado algunos avances como la realización de un evento académico en el Congreso de la República, conversatorios con ponentes internacionales y hasta el interés de un congresista por la formulación de un proyecto de ley que ya se encuentra adjunta en la Comisión de Educación del Parlamento.
A primera vista, para el ciudadano de a pie, el retorno del curso de filosofía podría resolverse fácilmente con trámites o papeleos, y el principal problema sería la burocracia de siempre. Sin embargo, la situación es más compleja de lo que parece. Según algunos autores, existe un trasfondo histórico y político que justifica y legitima el retiro del curso de filosofía hasta nuestros tiempos. En el prólogo del libro Filosofía, una perspectiva crítica, de Lumbreras Editores, el profesor Octavio Obando escribe unas líneas relacionado a este tema.
“Durante el gobierno de A. Toledo -y es lo segundo-, por obra y gracia del ministro de Educación y asesores especialistas en filosofía, se eliminó la filosofía de las escuelas públicas. […] Ciertamente la comunidad filosófica peruana de espíritu democrático reaccionó de inmediato y exigieron -y exigen- que se restituya (en los colegios) lo que los intelectuales tradicionales eliminaron (el curso de filosofía)“.
Estas palabras, que fueron escritas en 2008, han calado en innumerables estudiantes preuniversitarios que determinados a ingresar a una universidad revisan este libro como lectura obligatoria. No es de extrañar, entonces, que en el año 2016 se registrase por primera vez banderolas alusivas al “regreso de la filosofía en los colegios” colgadas en el frontis del comedor universitario y a las afueras de la Facultad de Letras de la UNMSM.
Sobre el tema, pudimos conversar con Víctor Soto quien es actualmente el representante de la Asociación de Egresados de Filosofía (AEF) en el Comité de Lucha. Víctor Soto, siguiendo la línea de Obando, suscribe el contexto histórico y los intereses políticos que conllevaron a la eliminación del curso de filosofía.
“El curso de filosofía se empieza a retirar de la educación primaria en 1997 y de la educación secundaria en el año 2000. Esto se llevó a cabo luego de un estudio de la realidad educativa de nuestro país. Esta investigación se realizó ni bien Fujimori llegó al poder. Después de presentar los resultados de aquel estudio vinieron las propuestas educativas, las capacitaciones a los docentes y todo eso. Y desde ahí hasta la actualidad todos los cambios han sido impulsados y promovidos (inclusive condicionados) por organismos internacionales como el Banco Mundial. Uno de estos cambios ha sido, por ejemplo, el enfoque educativo por competencias”.
Para Víctor Soto, el retiro del curso de filosofía -o su desfiguración- no comienza en el gobierno de Toledo, sino que mucho antes: durante el régimen autoritario de Alberto Fujimori. Además, precisó que la actual situación de nuestro sistema educativo es consecuencia de la aplicación del enfoque educativo por competencias el cual reemplaza la enseñanza de cursos específicos y son reemplazados por áreas académicas.
Al respecto, la doctora e investigadora de la escuela de filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Katherine Mansilla, señala que una de las grandes limitaciones del actual enfoque educativo es la falta de trabajo en el contenido. Lo cual a la larga merma en el desarrollo de la capacidad crítica de los estudiantes.
“Hace ya más de 20 años que desde el ministerio se estableció una formación académica basada en competencias donde la capacidad crítica -que es una capacidad que desarrolla la filosofía (así como otras especialidades)- pasó a ser una competencia generalizada para muchos cursos. Pero en la generalidad algo se pierde. Ahí ha habido un problema muy grande porque si no se trabaja el contenido de lo que es la capacidad crítica como saber opinar, saber juzgar o saber interpretar un texto entonces difícilmente se podrá desarrollar la capacidad crítica de los estudiantes. Para desarrollar la capacidad crítica hay que saber cuestionar y manejar conceptos”.
La profesora Mansilla, además, resalta las falencias del sistema educativo en torno a la enseñanza de niños y adolescentes en nuestro país. Tarea que se encuentra pendiente para debatir y desarrollar entre toda la comunidad filosófica y la sociedad civil. “Yo creo que el curso de filosofía definitivamente tiene que volver a los colegios y también a diferentes espacios de la sociedad civil. Pero creo que los filósofos y las filósofas tenemos que preguntarnos cómo, cuándo y por qué debe volver. Personalmente creo que no estamos preparados. Porque si la filosofía va a ser un área con un contenido donde se enseñe como pensaba Platón, Aristóteles, etc., entonces eso no tiene nada que ver con el ejercicio filosófico. Uno de los temas que me parece preocupante es que no estamos preparados, en términos educativos (de acompañamiento, de respeto y equidad,) para promover la capacidad de conversación con niños y adolescentes. Creo que todavía estemos madurando y macerando la forma de regresar al colegio con una propuesta mucho más clara y con filósofos formados para promover la filosofía con niños. Para esto, se necesita una formación interdisciplinaria también de los propios filósofos y filósofas”.
Volviendo al sector estudiantil, desde donde se ha emprendido medidas a favor del regreso de la filosofía a los colegios, se debe resaltar los avances que han ido gestando. Uno de ellos es el evento académico en el Congreso para poder visibilizar el problema y abrir el debate en la sociedad. El conversatorio culminó de forma exitosa y con los participantes extendiendo una banderola de lado a lado con la principal consigna que representa el objetivo cumbre de los estudiantes y egresados de filosofía.
Pero las actividades emprendidas por los estudiantes no acabaron ahí. Se destaca, por ejemplo, la movilización que realizaron en los alrededores de la UNMSM para concientizar sobre este problema y el plantón a las afueras del Ministerio de Educación exigiendo la pronta atención de esta demanda. En la actualidad el “Comité de Lucha por el Regreso de la Filosofía a los Colegios” se encuentra desarrollando conversatorios con invitados internacionales donde se debate algunos aspectos de este tema. Los conversatorios son de libre acceso y trasmitidos mediante el fanpage del Comité de Lucha.
En uno de los conversatorios, destacados docentes internacionales como Pablo Vargas Rodríguez (Colombia), Guillermo Hurtado (México), Gabriel Vargas Lozano (México), Fernando Puyó (España), Víctor Bermúdez (España) y Pablo Cillo (Argentina) expusieron la realidad educativa de sus países y coincidieron en la misma problemática: colegios con poca o nula enseñanza del curso de filosofía. La hipótesis general de esta situación, según la mayoría de los docentes señalados, radica en que existen poderes sociales, políticos y económicos que buscan implantar un modelo de educación para generar ciudadanos ultraindividualistas, utilitarios, técnicos, sin conciencia crítica del status quo y de agencia pasiva frente a problemas sociales. Y desde luego, para estos poderes, la filosofía es considerada como una herramienta peligrosa que puede remecer los cimientos del orden establecido.
Angélica Quiroz, estudiante y actual secretaria general del Centro de Estudiantes de Filosofía (CEF), respalda y promueve las medidas emprendidas por el Comité de Lucha. Ella nos menciona que, si bien la propuesta se ha movilizado principalmente desde los estudiantes, poco a poco, se están sumando egresados y docentes tanto de las carreras de filosofía como de educación. Menciona que, por ahora, la principal limitación que padecen es la construcción de una postura única acerca del “cómo” debería volver el curso de filosofía.
Asimismo, Angélica suscribe la importancia de la enseñanza de la filosofía en los colegios como factor clave del desarrollo de nuestra sociedad. “Podemos ver en países desarrollados como las letras y los cursos de humanidades han permitido el desarrollo de su sociedad. El ciudadano común puede pensar que la filosofía no le sirve a su hijo. Pero esto es erróneo. Lamentablemente, el mismo sistema ha hecho que las letras sean percibidas como malas e inservibles, justamente porque estas asignaturas ayudan a discernir y desarrollar el pensamiento crítico. Entonces, el curso de filosofía motivará a los estudiantes a abrir la mente para poder cuestionar y crear propuestas de solución que ayuden a repensar nuestro modo de vida como sociedad y como personas”.
Fruto del trabajo emprendido por estudiantes y egresados de diferentes universidades, se organizó en el auditorio del edificio Juan Santos Atahuallpa del Congreso el evento denominado “Conversatorio: El regreso de la filosofía a los colegios”.
Algunos días después, el parlamentario Guido Bellido presentó el Proyecto de Ley N° 1156/2021-CR denominado “Proyecto de Ley que incorpora la enseñanza del curso de filosofía en la Educación Básica Regular”. La propuesta de ley ya se encuentra en la Comisión de Educación, Juventud y Deporte esperando ser aprobada para que el Congreso pueda debatirla en el pleno.
Bellido, en su fanpage, publicó que “la importancia de enseñanza de la filosofía está vinculada al desarrollo intelectual, al desarrollo del pensamiento crítico y moral del ser humano. Necesitamos ciudadanos críticos, y esa formación se debe recibir desde los colegios de manera obligatoria”. Al parecer, el congresista Bellido confía en que su iniciativa legislativa será aprobada.
Pero para el catedrático e investigador de la escuela de filosofía en la UNMSM, Zenón Depaz, reducir el problema del regreso de la filosofía a cuestiones legales como la aprobación de leyes es una forma deficiente de abordar el tema.
Para Depaz, el problema trasciende de lo legal hacia un plano más hondo donde radica incluso el problema de la docencia en la Educación Básica Regular. “Mi hipótesis es que la ausencia del curso de filosofía en los colegios no se resuelve con una ley. Esto se resuelve con un esfuerzo mucho más complejo. Se debe revisar lo que ocurre en las facultades de educación de todo el país. Además, revisar la formación que están recibiendo los docentes en los institutos pedagógicos. Si los problemas de la educación se solucionan mediante leyes, es la peor manera de resolverlos. Creo que ya tenemos suficiente muestra de que los congresistas son los menos calificados para tomar decisiones en lo que respecta a la educación. Esa decisión la tiene que tomar el ministerio. Tienen que participar en esta decisión los actores involucrados en la educación del país: las universidades, las facultades correspondientes, los docentes, los gremios, etc. Si no se realiza esto saldrá cualquier ley inconsistente y desatinada sobre el tema. Este no es un asunto normativo, es un asunto más complejo: cultural e institucional”.
Asimismo, el profesor Depaz argumentó que no necesariamente el sistema educativo actual enmarcado en el enfoque por competencias sea el responsable de la ausencia del curso de filosofía en los colegios. Todo lo contrario, el actual plan de estudios debería brindar todas las posibilidades para la incorporación de la filosofía en la educación básica regular. “La ausencia de la filosofía no es de este último periodo, es antiguo. Por lo menos desde los 70 la filosofía está ausente en la educación básica. Y está ausente no porque obedezca a tal o cual plan curricular, ni tal o cual gestión ministerial o gubernamental. Yo sospecho que las razones son más hondas. Por ejemplo, atendiendo a los planes curriculares ahora existentes, no hay ninguna razón para que la filosofía esté ausente. Ya que los planes curriculares de la educación secundaria dan un amplio margen para la presencia de la filosofía ahí. Entonces, ¿por qué está ausente? Seguramente hay muchos factores. Uno básico, sin duda, es la formación de nuestros profesores en la educación básica. Es decir, hay una extrema debilidad en cuanto a su formación filosófica”.
En cambio, Víctor Soto sostiene que si el problema no se aborda desde una cuestión estructural entonces no habrá avances. Para ello, cambiar el actual enfoque por competencias es clave. Es en ese sentido que también plantea ligar la necesidad del regreso de la filosofía a los colegios con la creación de una nueva constitución política en nuestro país. “Particularmente para mi si vuelve la filosofía bajo las condiciones en las cuales estamos viviendo, es decir bajo la constitución fujimorista que fundamenta jurídica y legalmente una educación por competencias, no habrá valido de nada nuestra lucha. Solamente puede volver y desarrollarse el curso de filosofía -como otros cursos- en base a una nueva constitución. Porque es la población quien tiene que decidir cómo quiere que se enseñe a su hijo. Y la educación no debe estar al margen de la realidad nacional y su desarrollo. Sin embargo, lo que ha pasado es todo lo contrario, nos han dictado modelos educativos al margen de nuestra realidad”.
Queda claro que frente a este tema existen diferentes posiciones que coinciden en ciertos aspectos pero que discrepan en otros. Sin embargo, la convicción unánime de estudiantes, docentes y egresados sigue siendo que el curso de filosofía sea incorporado en los colegios ya sea en un tiempo cercano o lejano.
El debate recién empieza y ya está cosechando sus primeros frutos. Los ciudadanos debemos estar atentos y comprometidos con esta tarea pues se trata de la educación de todo el país. Para ello debemos dejar de ver a las humanidades como abstractas e inservibles. La filosofía, madre de todas las ciencias, es tan amplia que toca diferentes temas. La variedad de puntos de vista, el debate, la lógica, la capacidad crítica y las diferentes escuelas de pensamiento que nos trae el ejercicio filosófico son quizá las herramientas del entendimiento que necesitamos todos los peruanos para por fin poder avanzar como sociedad. Las piezas en el tablero ya están colocadas, solo nos queda avanzar.