La II Encuesta Nacional de Derechos Humanos, realizada por el Ministerio de Justicia, revela que el 71 % de los peruanos califica a la comunidad LGBTQI+ como la más discriminada en el Perú.
Durante la cuarentena, hubo una serie de casos en los cuales las autoridades hicieron un mal uso de su poder, quebrantando los derechos de identidad de las víctimas trans, sometiéndolos a pasar burlas y diferentes humillaciones.
Un ejemplo de discriminación hacia la comunidad LGBTIQ+, es el caso Azul, un fallo donde la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) declaró culpable al Estado Peruano por el maltrato y dar la espalda a una víctima transgénero. Es considerado como una sentencia histórica, porque por primera vez se hace responsable de un acto de violación de derecho a un Estado.
El año pasado se tuvo un total de 20 delitos, catorce asesinatos a personas homosexuales, cuatro a mujeres transgénero y dos a lesbianas, según el Informe Anual del Observatorio de Derechos Humanos LGBT.
A las personas que pertenecen a esta comunidad se les presentan muchas dificultades, entre estas tenemos cuando postulan para algún empleo, también presentan problemas para acceder a la educación, salud y justicia, estos obstáculos están presentes de manera constante en su vida. La principal razón de esta discriminación es el desconocimiento que incita al odio y violencia en contra de este movimiento.
Es importante capacitar a todo el personal perteneciente a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas, para que no se siga realizando este tipo de actos discriminatorios y homofóbicos. Por más autoridad o cargo que tenga alguien, no tiene el derecho y nada justifica el actuar normalizando este tipo de violencia.
Aceptemos que somos un país diverso y no juzguemos a alguien por tener una orientación diferente a la nuestra. El confinamiento es un lugar con dos caras, porque donde unos se sienten protegidos, existen otros que corren peligro, siendo víctimas de violencia y discriminación de manera frecuente.