Sol Pozzi-Escot (Lima, 1997) es periodista. Sobre sus intereses, en sus palabras, siempre le ha fascinado la problemática del sentido, de cómo construirlo a pesar del desorden, del caos, del abandono del cual, en cierta medida, todos sufrimos las consecuencias.
Le interesa el cine, la poesía, el arte y es autor de Prueba de Coraje. Conversar en el Perú (Lima: Editorial Summa, 2024). Este libro reúne 31 entrevistas a intelectuales, artistas, y políticos. La conversación que presentamos es una forma de aproximarnos a su interesante propuesta por mostrarnos un crisol de perspectivas sobre cómo mirar las complejas realidades de nuestro país. Demás está decir que recomendamos mucho este libro, y en esta entrevista explicamos por qué.
—¿Cómo elegiste a tus 31 entrevistados? ¿Qué criterios tuviste para elegirlos y para organizar el cuerpo dialógico del libro?
—Quise que este libro funcione como una suerte de testimonio de la época que cubre a través de sus entrevistas, es decir desde el 2019 hasta la actualidad. En ese sentido, lo primero que hice fue una lista con todas las entrevistas que tengo, y a partir de ahí, ir pensando y seleccionando aquellas entrevistas que serían incluidas en el libro en función a cómo yo considero que son representativas de su momento social, político, de nuestra realidad nacional. Por otro lado, mientras iba haciendo esa selección, también fui tomando en cuenta la temática acordada al libro, es decir la reflexión en torno a qué es lo que hace que muchas personas, en nuestro país, decidan luchar contra las circunstancias, muchas veces adversas, y abrirse un camino de vida en medio del desorden nacional.
—¿Cómo nace la idea de realizar este libro? Y, sobre todo, ¿cómo nace la idea de dividirlo en tres partes: “Horizontes”, “Fronteras” y “Alquimia”?
—La división en tres partes surge porque creo que es una buena manera de evidenciar el conflicto fruto del cual justamente nace este libro. Por un lado, “Horizontes”, inicia el libro mostrando claramente diferentes personajes que han sabido ser más grandes que sus circunstancias. Por otro lado, “Fronteras”, es una manera de plasmar todos los aspectos que invitarían a un peruano a no atreverse a ir más allá de todo lo que lo limita. Básicamente, esta sección cuenta con entrevistas de corte político, de actualidad, por oposición a las demás que son culturales. Y, finalmente, “Alquimia”, es como un regreso a la primera parte del libro, pero mostrando personajes cuyo discurso y obra funcionan como un claro testimonio de este objetivo de hacer de sus propias vidas un testimonio de cómo se puede florecer incluso en las circunstancias más complicadas.
—¿Consideras que tus entrevistas se enriquecen de la crónica? Lo pregunto por la forma como presentas a cada invitado y por la forma como fluye la introducción a la obra.
—Definitivamente este libro nace de un proceso mío, que es el proceso de empezar a encontrarme a mí mismo, mis objetivos en la vida, mi motivación…mi proyecto de vida, en pocas palabras. Nace del llegar a un momento donde crees que las preguntas más básicas -¿quién soy? ¿qué quiero? ¿para qué estoy acá?- ya han sido, siquiera en parte, respondidas, y por lo tanto no queda más que seguir haciendo camino. Lo que la crónica me ha brindado es el interés por amarrar cada personaje a una realidad y ver cómo es que esa realidad nutre o sirve como eje para el camino de vida de cada una de estas personas.

—¿Cómo defines tu vínculo con el cine? Lo menciono por las entrevistas que realizas no solo a tu padre, sino a Nora de Izcue, y a Marcela Robles.
—He nacido con el cine. Mi papá, Mario Pozzi-Escot, cineasta nacional, ha sido una parte muy importante de mi vida en ese sentido ya que ha contribuido a hacer nacer mi interés no solamente por los grandes clásicos del cine, los cuales son inevitables, sino por ese cine que decide ir más allá de lo que la industria, o lo que los parámetros de ciertos momentos exigen. El cine es una manera de rebelarse, de afirmarse, de conocerse a sí mismo y de tender puentes. Siempre y cuando se haga con verdad.
—El libro parte de la impronta de lo complejo que es existir en el Perú, entiéndase con ello, de cómo vivir en este país es una prueba de coraje. Estas entrevistas serían, entonces, como la verbalización de un hogar, como la forma que elijes de existir en un espacio hostil, difícil, contradictorio como lo es nuestro país. Si es así, ¿consideras que el libro es una prueba de coraje que ha servido para proponerle un hogar al lector? ¿Cómo así?
—Esa es la idea. A todos, esa pregunta del sentido, de adónde vamos, de dónde venimos, para qué, cuando no tiene respuesta, nos acosa, nos persigue, nos hace daño… Todos tenemos que encontrar eso que llamamos hogar. En un país, en un grupo social, en una persona, en sí mismo. Conversando con todos estos personajes he sabido afirmarme ante mí mismo, ante mi círculo y ante el país, creyendo en mi proyecto, en mis capacidades y en mi compromiso con lo que hago. El objetivo es que quienes lean este libro no solamente descubran cosas nuevas, o se entretengan, sino que también reconozcan que es posible ser vida, generar vida, generar arte, generar verdad. Que el sueño de vivir en el Perú no es imposible. Que todos tenemos un pasado, todos tenemos elementos en común, y partamos, juntos, desde ese punto, hacia la conquista de nuestras vidas.