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Este artículo es de hace 2 años

Argentina es el campeón tras un partido de infarto

En tanda de penales, la selección de Messi venció a la de Francia por 4 a 2.
Javier García Wong Kit

Tenía que ser así, sufriendo hasta la última pelota, esa que Emiliano ‘Dibu’ Martínez le tapó en el tiempo extra a Randal Kolo Muani cuando el partido estaba 3 a 3. Nada hacía prever que el partido sería así de intenso cuando Antoine Griezmann puso a rodar el balón en la final del Mundial Catar 2022, el partido más esperado del Mundial, el que podía darle la revancha a Lionel Messi, luego de la final de Brasil 2014, o que podía consagrar al joven Kylian Mbappé.

Como pocas veces, ambas cosas se dieron, así como otras situaciones imprevisibles: Francia maniatada durante el primer tiempo, un penal dudoso para Argentina que no se revisó en el VAR y que Messi convirtió en el minuto 23, cuando el partido pintaba perfecto para los albicelestes, en especial por su medio campo, con actuaciones para la posteridad de Rodrigo de Paul, Enzo Fernández y Alexis Mac Allister. La cereza del pastel llegó por obra y gracia de Ángel di María a los 36 minutos y la fiesta parecía completa.

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Foto: Maximiliano Luna/Télam

Encima, los apresurados cambios en el primer tiempo de los atacantes Ousmane Dembélé y Oliver Giroud, reemplazados por Kolo Muani y Marcus Thuram, no parecían cambiar el tenor del partido. Los defensores argentinos Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás Tagliafico controlaron al temible Mbappé, y desaparecieron a los mediocampistas Adrien Rabiot y Aurélien Tchouaméni, que tanto habían destacado en partidos anteriores.

Pero algo ocurrió en el minuto 80, cuando las figuras de Thuram, Kolo Muani y de los recién ingresados Eduardo Camavinga y Kingsley Coman (en lugar de Antoine Griezmann, en su más discreto partido, y de Theo Hernández), se fueron haciendo más y más grandes, que todo cambió. No solo por el penal a que Mbappé convirtió, sino porque la solvencia y seguridad de los argentinos se desvaneció, al punto de que fue Messi quien perdió el balón que significó en empate de los franceses, con extraordinaria definición del ariete francés que volvía a enmudecer a los argentinos.

Tal vez fue la tardía reacción del técnico Lionel Scaloni, que tardó en hacer los cambios para refrescar a su equipo (solo Marcos Acuña había ingresado por Di María hasta los dos goles de Mbappé), o la falta de respuesta física o cierta obnubilación por lo que se venía: una Francia físicamente imparable, jugadas divididas en las que el árbitro dejaba seguir y un Kylian Mbappé que volvía a ser el de siempre, incontrolable hasta por tres hombres. La estatura de Thuram (de 1.92) lo hacía incontrolable, pero Argentina tuvo un haz bajo la manga hacia el final del juego.

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Foto: Maximiliano Luna/Télam

Ya con Gonzalo Montiel, en vez de Molina, y con Leandro Paredes en lugar de De Paul, el equipo equilibró el juego, y hasta causó estragos en la defensa gala con Lautaro Martínez reemplazando a Julián Álvarez, aunque sin su misma efectividad. Uno de sus remates le dieron un rebote a Messi que puso en el arco y que el defensor francés Jules Koundé intentó sacar de la línea sin éxito en el minuto 108. Era el 3 a 2 soñado, pero aún había tiempo para alargar una de las historias más épicas del fútbol mundial.

Un codo de Montiel en el área le dio otro penal a Francia y Mbappé se convirtió, en el minuto 118, en el goleador del Mundial y el único jugador en marcar tres tantos en una final de esta competición. El empate los llevó a los penales, donde la angustia y fortuna se convirtieron en una sola en cada remate, empezando por las anotaciones de los dos ‘diez’, compañeros en el PSG (Mbappé primero, Messi después), seguidos de la atajada de ‘Dibu’ Martínez a Coman y el gol de Dybala que ponía arriba a Argentina, por tercera vez en el encuentro.

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Foto: Maximiliano Luna/Télam

Luego Tchouaméni, promesa de Francia de 22 años, la mandaría fuera del arco. Leandro Paredes puso el 3 a 1 con lo justo para vencer a Hugo Lloris, y tras el gol de Kolo Muani, Montiel salvó a Argentina de un alargue mayor.

El sueño de Messi y de todos los que lo admiran se hizo realidad: Argentina fue un justo ganador del partido, un campeón que vino desde atrás, cuando empezó perdiendo con Arabia, ganando con poco a Australia en octavos de final y sufriendo como pocas veces contra Países Bajos.

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Foto: Maximiliano Luna/Télam

El 18 de diciembre la fiesta fue completa: con una agonía mayor y una celebración tantas veces postergada. Un título que no podía ser mejor tras vencer al último campeón y subcampeón del mundo. Un sueño cumplido.

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