Se estima que unas 20,000 personas protestaron en Verona contra una conferencia organizada por una red mundial de activistas anti-homosexuales, anti-aborto y anti-feministas a la ciudad del norte de Italia.
La organización del Congreso Mundial de Familias (WCF), una coalición estadounidense que promueve los valores de la derecha cristiana, ha sido especialmente polémica en Italia ya que cuenta con el apoyo de la Liga de extrema derecha, un socio del gobierno de coalición del país.
Matteo Salvini, líder del partido y viceprimer ministro de Italia, habló en el evento este sábado y dijo que estaba allí "para apoyar un día festivo con una sonrisa: el derecho a ser madre, padre y abuelo".
Salvini se comprometió a no cambiar la ley de aborto de Italia, conocida como Ley 94, pero dijo que el país necesitaba revertir la disminución de su población.
"Los italianos necesitan comenzar a traer niños al mundo. Un país que no hace bebés es un país que muere", dijo.
La protesta fue apoyada por cerca de 70 asociaciones de derechos humanos de todo el país.
"Lo único positivo de este evento es que todos estos grupos se han unido y que Italia se está uniendo", declaró Luisa Rizzitelli, portavoz de Rebel Network, un grupo de mujeres.
"Esta es una batalla para proteger los derechos y la libertad para todos, no solo un grupo. Todos estamos bajo amenaza. Este congreso no es sobre religión sino poder político y no aceptamos esta peligrosa regresión", agregó.
El objetivo auto-declarado del congreso, que comenzó el viernes y termina el domingo, es "restaurar el orden natural".
Los oradores han criticado las relaciones entre personas del mismo sexo, las "feministas radicales" y el aborto, que invariablemente se ha descrito como "asesinato" y "un crimen".
El viernes, se distribuyeron muñecos de goma de fetos a los delegados, junto con una tarjeta que decía: "El aborto detiene el corazón".
Los partidarios de la WCF también se reunieron frente al Gran Palacio de la Guardia, donde se celebra el evento. Una mujer le dijo al periódico La Repubblica que los gays "necesitan terapia de conversión" para evitar "ir al infierno".
Yuri Guaiana, el gerente de campaña de All Out, una asociación de derechos de los homosexuales, señaló que se "han dicho cosas terribles sobre la homosexualidad, el divorcio y la anticoncepción y, sin embargo, [los involucrados en WCF] interpretaron a las víctimas, diciendo que los estábamos atacando".
Otros oradores han incluido a Brian Brown, el presidente de la WCF, que luchó contra el matrimonio entre personas del mismo sexo en los Estados Unidos; Theresa Okafor, una activista nigeriana que comparó a los homosexuales con el grupo terrorista Boko Haram; y Lucy Akello, una política ugandesa que ayudó a aprobar una ley contra los homosexuales que establece la cadena perpetua como la pena máxima para la homosexualidad en Uganda.
Entre los delegados se encontraban líderes rusos ortodoxos y mormones, así como Katalin Novák, la ministra húngara de asuntos familiares.
El congreso fue rechazado por el socio de la coalición de la Liga, el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), aunque una de sus senadoras, Tiziana Drago, se rebeló y habló en el evento el viernes a pesar de una orden del partido contra cualquier participación.
"El M5S es muy ambiguo, y debido a esto tampoco podemos estar seguros de que defenderán los derechos", argumentó Guaiana.