En Miami, los peruanos somo bacanes. Le dimos su vuelto a los chilenos en el Hard Rock Stadium y tenemos llamas y alpacas inflables para celebrarlo en las playas donde se rodaba "Caracortada". Los peruanos estábamos con los ánimos bajos, podridos de este Congreso y la Fiscalía, pero tuvo que entrar Aquino, que ya no es Aquino, si no es su versión Sayayin, desconcertando a todo Santiago y alumbrando Lima: Ahora es "AKEIN".
Se hizo dos golazos en este amistoso que es pura rivalidad, y dejó para siempre sellada su piel de barro y su goma en el pelo para decir un Arriba Perú, carajo, en el país de Trump. Es cierto que el Tigre tiene una buena defensa, pero no era la noche de un opaco Ruidíaz, y un Cueva que aún no encuentra el ritmo de las pasadas eliminatorias. Nada nos borra la sonrisa, los gritos, la alegría.
Salimos con nuestra bicolor hacia el trabajo, besamos nuestros escudos, hemos ganado a Chile después de mucho, y ellos dicen "un partido para el olvido", nosotros decimos "un partido para el recuerdo". Así es. Mientras los congresistas y el fiscal de la Nación "dictadorzuelo" siguen haciendo de las suyas desbaratando los casos de Lava Jato, para blindar a Alan García, y Keiko Fujimori, este partido olía a Perú 3 – Corrupción 0.
Cualquier cosa es buena para celebrar ante la incredulidad general y la corrupción generalizada del Congreso. Porque goleamos a Chile, ¡Cerremos el Congreso! ¡Grande AKEIN!