Ausente de la realidad pura y dura. El discurso de la señora que concurre a Palacio como fantasma ha olvidado impunemente los 48 muertos a causa de los proyectiles que bala que cegaron sus vidas. El deterioro total de la subsistencia en los barrios, la carencia creciente de empleo, la desigualdad social abismal y la falta de acceso a la justicia son realidades que persisten y ofenden. Es cada vez más hondo el clamor de los deudos para que la señora pida perdón antes que la justicia tardona llegue.
Esfuerzo inútil de los “redactores” y revisores del desordenado y pueril parloteo de cinco horas para destacar el aumento a las fuerzas policiales y las fuerzas armadas, así como las inversiones y gasto en la compra ad hoc de equipamiento. A lo que se suma los demagógicos aumentos prometidos sin especificar el financiamiento y la consistencia con el propósito de cubrir falencias que son cada vez más escandalosas por carecer de prioridad y justificación.
Cinco horas de fútil perorata para cansar sin tregua. Para cumplir órdenes y para fingir sin conseguirlo. Mientras tanto crece la violencia, crecen los robos callejeros, se incrementan la miseria en los barrios periféricos y los niños carentes de escolaridad se multiplican. Un discurso que el mejor somnífero no lograría dormir a parientes y funcionarios somnolientos que se cansan llenándose los bolsillos. Pobre país de promesas incumplidas.
Los datos relevantes en salud y educación están ausentes y los pocos datos están perdidos en un inmenso desorden discursivo. Los torpes y mañosos manejadores del discurso han ido muy lejos alargando las palabras y escamoteando datos para marear al lector. El periodismo de investigación tendrá que despejar el por qué han mezclado a trancas y barrancas el mega puerto de Chancay con la Minería y otras obras donde se confunden con los estudios técnicos para escamotear. Y todo con un posible “marco normativo” por hacer.
Cuando la señora discursea sobre “tecnología de punta”, cuando menciona la Minería, la educación, la salud, la vigilancia policial, la fibra óptica y las inversiones no hace sino enredar sin hacer precisiones de costos, procesos, implementación y puesta en marcha, no. Y da pavor escuchar su parloteo el concepto de “estrategia integral”. Una tinterillada donde se ha mecanografiado discursos “redactados” por funcionarios de distintas dependencias del Estado.
Todo el pandemónium discursivo quedará devorado por los miles de asentamientos urbanos y cerros poblados que merodean Lima. Los discursos redactados por cerebros desconectados no pueden darle orden conceptual, menos generar políticas que contribuyan a llevar a cabo acciones de bien público. Los niños desnutridos, los adultos mayores en abandono, los desempleados y las madres solteras llevan un sordo desamparo y dolor a cuestas. Las pruebas están allí desde las lucubraciones al uso del alcalde limeño que vive perdido en el entuerto de sus tantas promesas.
Los grandes proyectos de inversión minera han prometido desde siempre sus zonas de influencia, como cuando Cuajone desarrollaría la región. Algunos cierran los ojos y otros se alienan de la realidad. Los mega puertos y otras inversiones generan modificaciones geográficas y socioeconómicas. La señora que habita palacio de seguro que no sabe el contenido del discurso que ha leído. Eso ocurre y seguirá ocurriendo entre nosotros mientras los doctores hablen de tecnología digital sin entender. La minería es “motor de la economía” dice la señora que ingresa a la casa de gobierno sin saber que le deja una carga pesadísima al futuro del país.
Un país hecho día a día por los peruanos de a pie requiere una educación de calidad para procesar lo que tiene. Sólo que este proyecto indelegable nos corresponde a cada peruano pese a quien le pese. Las letras le dan inspiración pero que no bastan y sólo las ciencias duras harán posible la proeza de su realización y sólo si tenemos aún, plazo para hacerlo.