El fiscal José Domingo Pérez ha ordenado la detención del “cerebro” de Keiko Fujimori, es decir, las dos personas más importantes de esa organización criminal, señalada así por las investigaciones de la Fiscalía.
Ana Hertz de Vega, y Pier Figari, son los asesores de alto calibre y poder en el fujimorismo. Tanto así que organizaban reuniones paralelas coordinando toda la maquinaria detrás de Keiko Sofía. Es un clásico cuando la renunciante congresista a Fuerza Popular, Patricia Donayre, se dirigió ante las cámaras del Congreso y con la voz en alto acribilló a Miki Torres al frustrar la reforma electoral: “órdenes de su jefa”.
Luego, lo aclaró: “Al decir ‘jefa’ no me refiero a Keiko Fujimori. Ella es la presidenta del partido […] Yo me refiero a la señora Ana Vega, quien coordina directamente con los parlamentarios las agendas de las sesiones.
Ella es la asesora de la presidenta del partido y de algunos congresistas”. Si hay algo que Keiko Fujimori aprendió en la salita del SIN fue que el político tiene que ser un siamés de su asesor.
Cuando fue Primera Dama, en la época del Dictador, Vladimiro Montesinos fue, para Keiko, el benefactor. Su protector y guía; el que dirigía los psicosociales a los congresistas de esa época para cuidar el poder de la joven en la dinastía. La Señora K aprendió e hizo escuela de corrupción. La detención del “cerebro” de Keiko Fujimori, Pier Figari y Ana Hertz de Vega, obedece a que ellos son las mentes maestras de los pasos de la Señora K y su organización criminal. Una jugada maestra del fiscal Domingo Pérez en la lucha anticorrupción.