La cifra de muertos por el virus sigue en aumento. Nos hemos quedado sin camas UCI, oxígeno, personal de salud y vacunas; hemos sido dejados a nuestra suerte por un Gobierno que mantiene al Perú liderando el ranking mundial de fallecidos por millón de habitantes.
Sentimos que vivimos en un país sin gobierno, donde los privilegiados que se vacunan clandestinamente no reciben castigo, mientras los sobrevivientes vemos morir a familiares y amigos.
El ente rector en salud, en este caso el Ministerio de Salud, ha dejado sin una buena política sanitaria a Essalud, la sanidad de la Policía y las fuerzas armadas, induciendo a los peruanos, por omisión, a una muerte segura y a la pauperización de sus vidas por falta de trabajo y bonos.
Esa es una de las razones de que el candidato Pedro Castillo de Perú Libre sea respaldado por un sector de la población más olvidado en esta pandemia. Las encuestas recientes señalan que Castillo supera el 50% de votos en el sector D y E. Dato curioso es que Keiko Fujimori, quien también tiene voto popular, gana en el acomodado sector A.
Francisco Sagasti, en 5 meses como presidente de la República, ha cosechado un 64% de desaprobación y su líder del Partido Morado, Julio Guzmán, apenas obtuvo 2.2% de votos en las recientes elecciones.
El Gobierno llega sin oxígeno al bicentenario de la República, la gran mayoría de peruanos no quiere repetir otro gobierno morado. Cuando las contradicciones sociales se agudizan es cuando se ven las grietas profundas que el modelo económico neoliberal ha ocasionado y que la candidata Fujimori quiere perpetuar.
Estamos viviendo un “sálvese quien pueda” criminal. Los ilustres abogados constitucionalistas, defensores de los derechos humanos, deberían tocar las puertas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Corte de La Haya, y denunciar a los responsables por genocidio para que, así como defendimos kilómetros de mar peruano, que no utilizamos por la incapacidad del Gobierno, se defienda también la vida.
En las muertes por la carencia de oxígeno, camas UCI y vacunas hay responsables con nombre propio: Martín Vizcarra, Francisco Sagasti y los altos funcionarios del Sector Salud, quienes deberán ser denunciados en las instancias supranacionales por delitos contra la salud y la vida de millones de compatriotas.