No debemos votar por Manuel Dammert de Juntos por el Perú ni por Alberto de Belaúnde del Partido Morado. No debemos votar por el oportunista Sheput, menos por su igual Mauricio Mulder. Debemos rechazar candidaturas de sinvergüenza como la de Bartra y no darle pantalla como lo hace Canal N.
La no reelección de otorongos y otros políticos debe ser una conquista ciudadana porque la reelección es permitir que la corrupción se enquiste en el Estado.
Si Diniosio Romero quiere tener poder político en el Perú que postule a un cargo; y si gana, nunca más debe volver a ejercer ese cargo. Un regidor no debe volver a ser regidor nunca más.
Los cabeza de ánfora creen que han nacido para mandar, para gobernar; en realidad, quieren seguir haciendo sus negocios a costa de nuestros impuestos. El Congreso peruano sirve muy poco y la prueba es que estamos mejor sin Parlamento ahora.
El ensayista Víctor Hurtado Oviedo planteaba hace muchos años que el sorteo nos daría mejores políticos que las elecciones. Si le hubieran hecho caso nos hubiéramos evitado pasar tan vergüenza con nuestros políticos de la vergüenza.
No hay que votar jamás por Del Castillo y hay que evitar que Javier Velásquez Quesquén vuelva a su curul.
Tampoco hay que votar por ese excongresista que llegó a ser conocido gracias a Nuevo Perú si algún día vuelve a postular al Congreso. No recuerdo su nombre. Ya me acordé. Se llama Richard Arce.
La idea es que si la renovación completa del Congreso no es posible; al menos, evitemos que los cabeza de ánfora vuelvan al Parlamento.
Repito no votemos por Alberto de Belaúnde, tampoco por Gino Costa. Ni por nadie que quiera vivir bien sin trabajar, por nadie que ve al Estado como un botín.