Augusto Miyashiro atiende en un pupitre asfixiando sus nalgas, a los 68 años, con casi dos décadas de perpetua mutilación de Chorrillos.
En estas elecciones, la corrupción avienta a su hijo desde el salto del fraile para encabezar una organización siniestra, pero esta columna es el Thanos que soplará en polvo a estos infieles.
A los chorrillanos de bien, solo les queda extirparlo con el voto con la “B” grande, además por esto:
UNO. Según el Ministerio de Economía, el municipio de Chorrillos duplicó su presupuesto desde el 2008 (66 millones), hasta este año unos 120 millones. Uno pasea por Chorrillos y se pregunta ¿Dónde se invirtió este dineral? Inmediatamente se vienen las imágenes de algunas malos chorrillanos con electrodomésticos en actividades proselitistas.
DOS. El estadio San Genaro es una huaca de época moderna, data del 2012 y no se concluye, está abandonado. Si Chorrillos tiene un estadio de los Muertos, éste es el de los enterrados.
TRES. En el asentamiento humano Pacífico de Villa (Cerro La Chira) pagan 10 soles por cada contenedor de agua. El alcalde no atiende las exigencias de sus vecinos.
CUATRO. La gestión de Miyashiro ha dejado continuas invasiones y tráficos de terrenos en huacas y patrimonios. La municipalidad se cruzó de brazos haciendo poco o nada en las zonas intangibles. Así como no hizo nada para evitar la muerte del niño Julio César por el golpe de un arco de fulbito en mal estado en las Delicias. Miyashiro culpó a los regidores y su gente agredió a los familiares y vecinos que piden justicia.
Este chino con modales de “brayan” escogió a su heredero para sucederlo, el joven hijo que nunca en su vida ha manejado ni siquiera un condón.
¿Cómo puede el JNE ser tan ciego para no tachar al títere de la impunidad? Chorrillos es el barrio donde vi mis primeros días, acá murieron miles de héroes.
No dejemos que las colas anilladas y pelajes grises se mantengan en su gobierno.