Nadie sabe si el primer equipo de ministros del presidente Pedro Castillo recibirá la confianza cuando vaya al Congreso este jueves a explicar los lineamientos generales del Gobierno.
Es muy probable que la oposición juegue con las abstenciones y que el viernes o el sábado le dé una confianza pírrica para hacer notar su poder.
El equipo de ministros, encabezado por Guido Bellido, necesita 66 votos de los 130 parlamentarios para seguir. Lo que buscaría la oposición es votar en abstención. Si hay más abstenciones que votos en a favor entonces se vota otra vez. La idea de la oposición es que los votos a favor apenas les ganen a los votos en abstención.
La oposición sabe que, si el Congreso no le da el voto de confianza al gabinete, Castillo deberá obligatoriamente cambiar a Bellido, aunque no a los otros ministros, y acudir otra vez al Congreso.
Si el Parlamento niega por segunda vez la confianza a los ministros, Castillo puede disolver legalmente Parlamento como lo hizo el expresidente Martín Vizcarra y convocar a nuevas elecciones de parlamentarios.
Hay en el Perú un sector activo que exige la salida de Bellido, desde inicio. Este sector está en la línea de la excandidata presidencial Keiko Fujimori, quien dijo que un voto de confianza al gabinete Bellido es inviable, a pesar de que, por fin, había aceptado su derrota y reconocido a Castillo como presidente de la república. Hay un obstruccionismo como los tiempos los naranjas.
Bellido tiene solo el apoyo del sector de la izquierda que ve con buenos ojos a Vladimir Cerrón; pero un rechazo evidente en la izquierda progresista, el centro y la derecha, porque está investigado por apología al grupo terrorista Sendero Luminoso.
Nadie sabe en realidad qué hablaron Verónika Mendoza y Castillo en Palacio de Gobierno. Hay rumores de cambios de ministros, marchas de ambos lados; pero nada concreto para los cambios que el país exige. Todo está en veremos.