Algunas reflexiones, otras disquisiciones y un sinfín de relatos anodinos de “logros” inexistentes se han propalado por el bicentenario con gastos de tinta y papel, vano propósito de confundir como siempre. Han transcurrido doscientos años de independencia y se sigue el mismo libreto desteñido pero feroz en represión a los que protestan por sus legítimos derechos. Los asesinatos a los que brindaron su esfuerzo en las marchas del sur peruano combativo siguen esperando justicia perdida en la “hermenéutica jurídica” del poder. Hasta el periodismo que suelta el globo de la “sucesora” de Pedro Castillo. Un problema que desentrañar.
Entre las cuestiones que merecen observación con un poco de detenimiento figuran las relaciones entre los usufructuarios de política peruana y el de la administración de justicia. Dejando descansar la literatura pomposa que muchas veces distrae a mentes lúcidas con su efectismo cuando pretenden deslumbrar preguntado “Cuándo se jodió el Perú”. Están allí otras preguntas y respuestas que cada vez más irán al fondo de la cuestión.
La vida peruana ha transitado dos siglos de confusión deliberada y sobre todo de ignorancia y arrogancia conservadora de privilegios mal habidos, poderosos contaminantes de la sociedad y los valores. Los gobiernos, los políticos que han hecho “mutis por el foro” y los congresistas del “pueblo”, conducen el país con aprendizajes heredado de soborno, la “cutra” y los malos manejos de las arcas del Estado. Los fallos judiciales, las investigaciones que duermen, las acusaciones que no llegan, los fiscales que “torean” la verdad y algunos amigos de la prensa que escriben para pontificar.
La confusión de la relación entre la función de la fuerza y el derecho. El deterioro jurídico-político que ha llevado a trastocar el poder de hecho y poder de derecho, las normas válidas y normas eficaces. El uso del poder político ciego, sin visión jurídica siguen hundiendo cada vez más el país. Un poder parlamentario carente de efectividad, a vista de todo el mundo, se deslegitima aún más. Todo, en un país minado de trampas conceptuales y una corrupción realmente existente que campea con impunidad.
Conducción política corrupta, sistema jurídico maleado, aparejado con un sistema educativo en franco proceso de pérdida de condiciones materiales mínimas para liderar proyectos de aprendizajes encaminados a la calidad de un país viable. Una universidad cuyas metas más sobresalientes desnudadas por la pandemia, sin recursos para promover investigadores en ciencia y tecnología, desarrollo económico social y cultural. Asistimos a la pérdida del sentido de la vida entre los estudiantes menos favorecidos y con ayuno de modelos de vida cívica ejemplarizadora.
Hay una realidad de fondo que marcará otra época llena de incertidumbres y de novedades que removerán los cimientos del sentido común actual. ¿Qué cambios psicológicos, de mentalidad y de prácticas se están fermentando en los estratos sociales profundos? ¿Los roces entre Junta Nacional de Justicia, el Tribunal Constitucional y los procesados por corrupción y crimen organizado? ¿Es tan difícil adivinar el entramado social?, ¿No ha sido el juego de siempre para que todo siga igual como hasta ahora y los grandes juicios por corrupción siguen como antes y mucho más? La ciencia busca regularidades en procesos históricos largos. Después de esta bulla vendrán los arreglos, todo seguirá peor que antes, nuevos ricos y ricachones cuyos potenciales candidatos salen precisamente de esta cocina. La historia está llena de ejemplos.
Provoca formular algunas hipótesis a modo de anticipo para seguir las crónicas, las denuncias, la preparación de las próximas elecciones que serán cuando les parezca a los que los que reparten la torta cundo llegue la hora.
Primera Hipótesis: La Fiscalía que es botín preciado, después de los ensayos de golpe y contragolpe será cedida como parte del nuevo reparto de los aprendices de brujo. Los publicitados en estos procesos después de tropiezos de la política tendrán algunos defensores interesados y detractores eficaces.
Segunda Hipótesis: La Corte Suprema producirá algunos recambios sin tocar lo sustancial y los afamados “incorruptibles” no faltarán para justificar que hay justicia y cuando realmente las papas quemen defenderán al poderoso. Otros recién llegados con los “modales” siempre cultivados en las universidades sin pena ni gloria, pero incondicionales.
Tercera Hipótesis: La Junta Nacional de Justicia siempre tembleque para defender sus propios fueros saldrá más debilitada por carecer de competencia jurídico moral y político legal. Acompañado cómo no de un periodismo a la “altura” de las circunstancias en un país que atraviesa una historia plagada de proyectos inconclusos.
Cuarta hipótesis: Un congreso monocorde, analfabeto, fijado en la mensualidad y otros favores con profundos hándicaps cognitivos y deficiencia moral, seguirá careciendo de entendederas.
Quinta hipótesis: Un camino para las próximas elecciones sin candidatos a la vista librados a outsiders se están cocinando en los lugares de siempre. La ensoñación de los ilusos, el azar salido de una precaria escolaridad y la deficiencia universitaria podrían acabar pronto. Quizá.