Hacia 1990, cuando el Apra y un sector mayoritario de la izquierda llevó al poder al Chinito que no iba a aplicar el shock económico, Keiko tenía apenas 15 años de edad y Kenji, 8.
Eran niños y aquel 28 de Julio los habían vestido con unos trajes formales grises que ahora se verían francamente ridículos.
Los dos han nacido en el mes de mayo y por esas cosas de las fechas Keiko es géminis y Kenji tauro, pero los dos se parecen demasiado: Tienen hambre de poder.
A los dos les gusta la banda, la banda presidencial.
A los 19 años ella se convirtió en la primera dama de la dictadura y si Kenji hubiera tenido más de 35 años en el 2011 hubiese sido el candidato presidencial del fujimorismo.
Eran hermanos comunes cuando eran niños, muy unidos podría decirse, pero todo cambió cuando a Keiko se le subieron los humos y quiso ser presidenta de la República para sus propios intereses cuando el plan era que llegara al poder para sacar de la cárcel a su padre.
Fue en ese momento que empieza la ruptura de los hermanos tanto que Kenji, quien nunca dejó de lado el plan inicial de que el poder era para sacar a Fujimori de la Diroes, fue expulsado del Congreso por los keikistas.
Pasó el tiempo, se anuló el indulto a Fujimori concedido por el kenjista PPK, Kenji dejó de concentrarse solo en la venta de huevos, Keiko cayó presa, y los hermanos volvieron a conversar en situaciones muy adversas.
Hablaron ayer en la prefectura y todo indica que los dos hicieron una alianza en situaciones extremas de modo que estamos en una nueva etapa del fujimorismo: Una suerte de unidad porque Kenji también tiene problemas con la justicia por el caso Limasa.